Vergüenzas de parlamentario

Laureano López
Laureano López CAMPO DE BATALLA

OPINIÓN

10 oct 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Dicen que no. Dicen que no son unos privilegiados. Dicen que ganarían más en la empresa privada, en una letanía ya cansina entre los políticos. A algunos habría que ponerlos a prueba. Dicen... Pero no dicen la verdad. Los parlamentarios gallegos sí son unos privilegiados, por lo menos fiscalmente hablando, aunque también se podrían analizar vacaciones, horarios, cumplimiento de objetivos... Al margen de lo que cobran, que no cobran del todo mal (algunos, seguramente, en función de su esfuerzo, regular, y otros, por el mismo motivo, muy muy muy, y hasta el infinito, bien), los parlamentarios gallegos gozan del doble privilegio de no declarar buena parte de lo que cobran y de disponer de dietas de desplazamiento aunque no se muevan ni un milímetro del sitio. Y estos privilegios no los tienen desde hace media hora ni los han adquirido sin querer: se aprobaron en el 2006 en sede parlamentaria (aunque la historia de la autonomía está jalonada de vergüenzas del mismo estilo), conscientes quienes lo hicieron de que iban a perpetrar lo contrario de lo que se exige a comerciantes, taxistas, abogados, carpinteros, arquitectos, marineros... Luego se sorprenden de que la sociedad sienta cierto desapego hacia la clase política, la misma que aprueba recortes ajenos con la misma alegría que mantiene privilegios propios. Y ahora pretenden (unos más que otros) hacer lo que hace mucho tiempo debieron hacer. Quizás esperan una ovación cerrada.