El sacrificio de la verdad

César Casal González
César Casal CORAZONADAS

OPINIÓN

10 sep 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Nada como una tormenta de palabras con las consonantes violentando a las vocales, tan pocas. Nada como la frase clásica para asomarse a Siria ahora o antes a Libia o antes a Irak o antes a la Segunda Guerra Mundial o antes a Kosovo o antes a los Balcanes o antes a las campañas de Alejandro Magno o antes a Waterloo o antes al general Lee o antes a la batalla de Little Big Horn y el general Custer aquel 25 de junio o antes a la guerra ruso-japonesa o antes a los romanos y Cartago o antes a... Y así hasta el infinito y la bomba final. La frase clásica es que la primera víctima de una guerra es la verdad. Siempre ha sido así. Como siempre las guerras traen los mayores problemas a los débiles, a los inocentes, a los niños. No falla. El daño colateral de la testosterona bélica es el niño que caminaba por allí antes del misil, del cráter y de la muerte. Cuando los políticos hablan de hacer justicia con los ejércitos es para ponerse nervioso y dudar de aquello que decía un inglés: la civilización consiste en que por las mañanas en la puerta de mi casa esté la botella de leche y la suscripción del periódico. Cuidado con agitar Oriente Medio, las espadas de hoy son misiles.