La generación más joven necesita un orden nuevo

Jaime Miquel
Jaime Miquel LÍNEA ABIERTA

OPINIÓN

22 jul 2013 . Actualizado a las 06:00 h.

El problema al que nos enfrentamos es que nuestros empleados para la representación de lo que es de todos se han constituido en clase ante nuestra indolencia continuada en la vigilancia de sus actuaciones. La lección es clara, nos avergüenzan y nos cuestan una fortuna, por lo que habrá que desarrollar y fortalecer la sociedad civil o, lo que es lo mismo, tendremos que organizarnos los ciudadanos para ejercer un control externo sobre el sistema de representación, como único camino para poner fin a la situación de que aquí nadie dimite ni es responsable de nada salvo que lo diga un juez.

Alguna prensa de Madrid nos presenta como virtud el reciente carteo entre Rajoy y Bárcenas, argumentando que es la prueba fehaciente de que nuestro presidente no cede a chantaje alguno. Pero la gente sabe que Bárcenas cobró del PP hasta el año 2013, por lo que los SMS les confirman lo contrario a las personas, y es que Rajoy trató de evitar, hasta el último momento, que el extesorero aportara a la Justicia su testimonio y pruebas de la financiación ilegal del PP y del cobro de sobresueldos opacos por parte de sus dirigentes. Rajoy sabe que su carrera política concluye en el momento en el que convoque elecciones. Él y sus íntimos serán reemplazados por otros, porque será necesario en su partido un márketing de la regeneración ética. Aunque también sabe que ahora mandan la EPA, el aplauso del sistema UE a su política económica y los 186 escaños que consiguió en las elecciones generales del año 2011. El tiempo político es fugaz frente al judicial y los números mandan, por lo que su reto, para rearmarse electoralmente, consiste en convencernos de que se ha afianzado la recuperación de la economía. Basta con esto, porque al PSOE le sale todo mal. Habían descubierto el lugar central cuando las circunstancias bloquearon este desplazamiento; en cuestión de semanas, el único reemplazo de perfil gestor incrustado en la UE de que disponen, Joaquín Almunia, decide hundirse con el naval, y así todo. De Rubalcaba, que es desaprobado por 9 de cada 10 electores (CIS, 2013) lo que se espera es que asuma que ha fracasado. No puede tener el valor de postularse como alternativa a Rajoy siendo desaprobado por tan amplia mayoría que incluye a más de la mitad de los votantes de su propio partido. Lo que haga Rubalcaba es irrelevante, lo mismo que lo que haga un Parlamento que es percibido como inútil: se lo ha tragado el sistema que se hunde. Ya hemos comentado que la ruptura es sobre todo generacional: al elector de menos de 40 años de edad, a estas alturas, solo le sirve un orden completamente nuevo. Sus padres y abuelos lo entienden y muchos les ayudarán en las urnas.