Paro, despilfarro, corrupción... ¿o no?

Uxio Labarta
Uxío Labarta CODEX FLORIAE

OPINIÓN

18 jul 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Han pasado diecisiete largos años -precedidos de otros tres o cuatro- desde que José María Aznar, con el empuje de la gran derecha española, dio su último asalto al poder de España denunciando el paro, el despilfarro y la corrupción asentados en el debe de los gobernantes socialistas. Diecisiete años después, reclamándose día sí y día también libre de corrupción, nos encontramos al gran partido de la derecha con su exgerente y extesorero en la cárcel, decenas de imputados en la trama Gürtel y sus derivados, y graves acusaciones de financiación ilegal del partido y cobro de sobresueldos -blancos, alegales o quizá ilegales- de sus dirigentes.

Los ángeles de la guarda populares, en acertada brincadeira de Xosé Luís Barreiro, le han permitido al PP esquivar juicios y dilatar sentencias, o incluso invalidarlas por ese elegante método de la prescripción, o de leyes que permiten que la financiación ilegal de los partidos no sea delito.

Sucede sin embargo que quizá Gallardón no es Trillo, y sus intereses son otros, y el ascendiente sobre los ángeles de la guarda apenas alcance para separar de la carrera judicial a Garzón, y quizá al juez Silva, pero no para impedir que el entramado económico tejido salga a la luz. Hoy el presidente Rajoy aparece implicado en esa correosa trama, que todos sospechamos que existía desde el sobreseído caso Naseiro, por gestionar en primera persona las desventuras de su muy próximo colaborador, su gerente y extesorero en el partido, el señor Bárcenas.

Añádanse a ello los enemigos externos e internos y tendremos la actual crisis política. Porque las increíbles -textualmente- declaraciones y consignas que nos llegan desde el PP, impasible el ademán ante tanto dime, direte, SMS, contabilidad hackeada, cuaderno rayado, visitas y entrevistas de emisarios, abogados y periodistas, e incluso declaraciones en sede judicial encuentran, allá al fondo, Estambul. Es decir, encuentran a la siempre incorruptible y espléndida gestora de lo público para lo privado, Esperanza Aguirre. Que renacida democráticamente después del tamayazo como líder del rompeolas de todas las Españas, se reivindica hoy como la alternativa impoluta del Partido Popular, apoyada por otros acrisolados dirigentes y otros poderes de más fuste en los aledaños del partido, que en tromba se sumarán contra Rajoy. Todo viejo bajo el sol, y a peor.

Al tiempo los ciudadanos asistimos a ese juego de tronos donde desde la oposición unos piden elecciones, otros dimisiones y otros más, mociones de censura, mientras los nacionalistas de PNV y CiU mantienen un silencio estruendoso. Ante el que uno, sabiéndolo todo, mantiene una fe raquítica en la regeneración del sistema. Desde donde se sirve a los otros poderes, casi siempre intocables. Repasen y recuerden.