Mascarilla y desinfectante

Ernesto Sánchez Pombo
Ernesto S. Pombo EL REINO DE LA LLUVIA

OPINIÓN

17 jul 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Si tuviéramos visión empresarial pondríamos una fábrica de mascarillas y otra de desinfectantes en cada esquina de nuestro país. Porque es el futuro. Dentro de nada nos veremos obligados a utilizarlos a diario ante el hedor que ya comienza a impregnarlo todo y por la certeza de que va a ir a más.

Porque los mismos que prometieron el indulto a Amedo a cambio de denuncias, los que declararon a Roldán español del año, los que hicieron de la honestidad bandera y los que nos exigen comportamientos intachables, intentan despacharse uno de los mayores escándalos de nuestras vidas desacreditando a quien hasta ayer por la mañana era tan leal y honrado trabajador que le entregaron el control y manejo de los dineros.

Este país nuestro apesta. A corruptos, a indeseables, a aprovechados y a mentirosos. Hay una pestilencia, que nos repugna, a prácticas propias de la Camorra. Pero se han empeñado en que no pasa nada fuera de lo normal y nada que no vaya a pasar en los próximos años. El presidente Mariano lo ha dejado claro: no se aparta un milímetro de lo que dijo cuando aún no sabíamos que Bárcenas existía. Por eso lo mejor que podemos hacer es aprovisionarnos de mascarillas, desinfectantes, detergentes y ambientadores. Es todo lo que podemos hacer ante tanta inmoralidad y corrupción. Ante tanta podredumbre.