El FMI corta los brotes verdes

Manuel Lago
Manuel Lago EN CONSTRUCCIÓN

OPINIÓN

15 jul 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

El Fondo Monetario Internacional acaba de presentar su informe de julio sobre las perspectivas de la economía mundial, que incluye su opinión sobre la economía española con una estimación muy negativa en el futuro inmediato: el PIB caerá el ?1,6 % en el 2013 y no crecerá en el 2014, de tal forma que no saldremos de la recesión hasta el 2015.

Y lo peor es que se trata de una actualización a la baja de otra estimación realizada en el mes de abril, porque el FMI no cree que haya brotes verdes en la economía española, sino que las expectativas están empeorando a medida que avanza el año.

Es cierto que las previsiones del FMI fallan más que una escopeta de feria y que su credibilidad está en mínimos. Pero, por desgracia para nosotros, en esta ocasión es bastante probable que esté en lo cierto. Porque sigue sin estar claro cuáles son los vectores que van a impulsar el crecimiento económico en España. El único factor positivo en el 2012, el saldo del comercio exterior, es poco relevante en términos cuantitativos porque equivale a tan solo el 1 % del PIB. El resto, el 99 %, depende de la demanda interna, que es la suma del consumo de las familias, del consumo público y las inversiones.

Y lo malo es que, en las tres componentes, las expectativas son negativas. El consumo de las familias, que aporta el 59 % de la demanda, cae por la pérdida de empleo, la devaluación salarial, la congelación de las pensiones, la falta de acceso al crédito, el proceso de desendeudamiento en el que están muchas familias y el miedo al futuro que hace que se retraiga el consumo incluso en los hogares que no han visto reducido su nivel de renta disponible.

Tampoco parece que el consumo público, servicios públicos y prestaciones sociales en lo fundamental, vaya a impulsar el crecimiento ni en el 2013 ni en el 2014. Los duros ajustes del gasto público, los recortes presupuestarios en todas las Administraciones, tendrán el efecto contrario, deprimirán todavía más la actividad económica.

Y aún será peor el comportamiento de la inversión pública y privada, y no solo por la práctica paralización de la construcción de viviendas. La inversión pública se ha desplomado porque la primera variable con la que los Gobiernos ajustan sus presupuestos desde el 2009 ha sido la inversión, que se ha colocado en mínimos históricos y así seguirá algún tiempo. Y lo mismo sucede con la inversión privada, dado el exceso de capacidad de producción instalada ante la caída de la demanda que lleva a la ralentización extrema de las inversiones empresariales.

Estamos, también, aunque no solo, ante una clásica crisis de demanda, que hay que combatir con políticas de impulso al crecimiento, con políticas expansivas. Si embargo la ortodoxia neoliberal que domina el mundo nos lleva a seguir con las políticas de ajustes que nos hunden cada día más en el pozo de la recesión.