Perseverando en una terapia larga y dolorosa

Albino Prada
Albino Prada CELTAS CORTOS

OPINIÓN

10 may 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Un mes más los datos de afiliación a la Seguridad Social confirmaron el imparable éxito de las políticas económicas y fiscales que, comandadas por Frau Merkel y ejecutadas por nuestra troika de prestamistas, se aplican a las enfermas economías de la eurozona del sur. Así, en España mientras en abril del pasado año la caída interanual de ocupados afiliados era del -3,18 %, este mes de abril ya ha sido del -4,06 %. Una tendencia triunfal muy por encima de las últimas previsiones del Gobierno y de la Comisión Europea que estiman para este año una caída del empleo del -3,4 %. La continua destrucción de empleo hacia cotas de ruptura social, emigración, caída de la población activa, recortes salariales y desplome de la demanda interna son pruebas irrefutables de cómo continúa a buen ritmo la devaluación interna que -una vez atrapados en los eurogrilletes- es hoy la única medicina conocida.

Si la encuesta de población activa nos asustaba hace escasos días con un volumen de 16,6 millones de ocupados en el primer trimestre, los registros de la Seguridad Social hacen caer la cifra de ocupados que cotizan en abril a 16,2 millones. Un desplome letal para el equilibrio de nuestro sistema público de pensiones, pues supone retrotraernos a niveles del año 2002 en cotizantes, pero con los pensionistas del año 2013.

Todo esto sucede escasos días después de que el Gobierno hiciese público un nuevo paquete de reformas estructurales. Reformas que son como si a una persona atropellada en las dos piernas el médico le recomendase sobre todo hacer mucha gimnasia de brazos y cervicales.

Porque, por poner un ejemplo, tiene tanto que ver con salir de la depresión actual una reforma del sistema de pensiones como una reforma de la ley del aborto. El déficit de la Seguridad Social, y el recurso a la hucha de las pensiones, no es consecuencia de una u otra edad de jubilación o de unas pensiones medias elevadas, es consecuencia de lo que nos dicen los datos de afiliados: que tenemos cada vez menos ocupados y menos población activa.

Sin embargo en las reformas estructurales de nuestros monaguillos de Frau Merkel se proponen medidas que tendrán efectos, si acaso, dentro de diez años. Y así seguimos, cuando lo que se necesita aquí y ahora son medidas no por el lado de la oferta sino por el lado de la demanda.

Que con nuevos ingresos europeos (sobre transacciones financieras, sobre energías no limpias, sobre patrimonios en paraísos fiscales, ?) se financien estímulos, para las economías en depresión, dirigidos a rehabilitar el parque de viviendas, a fomentar el desarrollo de las energías renovables o a impulsar las redes transeuropeas de transporte. Para crear empleo y mejorar la competitividad.

Lo contrario es mirar hacia otro lado y cavar aún más profundo en el círculo vicioso de la baja inversión, el estancamiento de la actividad y el déficit fiscal. Una larga y dolorosa terapia en la que, cual creyentes iluminados, perseveran nuestros gobernantes.