El uso correcto de los utensilios de cocina

Eduardo Riestra
Eduardo Riestra TIERRA DE NADIE

OPINIÓN

31 mar 2013 . Actualizado a las 08:00 h.

Seguro que entre esos que protestan contra la injusticia -preferentes, Ley Hipotecaria, etcétera- hay personas tramposas, egoístas, algún maltratador, varios ladrones. Pero no por eso el objeto de su protesta se desvanece, porque, como decía Juan de Mairena, ese heterónimo de Antonio Machado, la verdad es la verdad, dígala Agamenón o su porquero. Esto viene a cuento de la persecución a la que está siendo sometida Ana Colau, por su supuesta simpatía con los independentistas violentos vascos, o su participación en otros actos de protesta en el pasado.

Y lo mismo digo de los Bardem o de Maribel Verdú. Parece obvio que si Jack el destripador alertase a sus vecinos sobre la epidemia de gripe, no dejaría esta de ser peligrosa, a pesar de la pobre Mary Jane Kelly. Por eso, si es verdad que Ana Colau esto o lo otro, quizá lo que verdaderamente haya que lamentar es que no sean otras personas las que se movilicen contra tanta felonía, las nuevas generaciones populares o las juventudes socialistas, por ejemplo. Y lo cierto es que cuando uno piensa en los retiros de oro de las señoras Pajín y Aido, en las jubilaciones millonarias de banqueros y cajeros, en los asombroso aumentos del patrimonio de muchos políticos, o cuando contempla los monumentos a la arrogancia de los empleados que un día se creyeron dueños de las cajas de ahorros -esos modernos edificios emblemáticos-, a uno le entran ganas de ir al portón de sus mansiones a tocar la cacerola, aunque eso esté muy feo.

Y aunque a uno le echen a los perros.