Dolores de Cospedal está feliz. Sus compañeros la apoyan incondicionalmente porque nunca ha dicho no. También Esperanza. Dolores está gestionando a las mil maravillas el embrollo ese del Bárcenas, que de lío tiene poco porque la cosa es que algún plumilla aburrido se inventó lo de las listas, los sobres y los pagos en la sexta planta. Que no hay nada más cristalino que la financiación del PP, como la de las demás camarillas. Así pues, todos encantados porque esto empieza a ir sobre ruedas gracias a la amnistía fiscal y al acierto de los Montoros, Báñez, Matos, Werts, Gallardones y demás. Van a hacer una fiesta con confeti, para celebrarlo.
Es lo mismo que le ocurre al PSOE. Que están como una piña y con un secretario general que manda una de esas cosas que ponen las gallinas. Lo que dice Alfredo va a misa, en Cataluña, en Santiago y en Ponferrada, aunque los socialistas no deben de ir mucho a misa y por eso no se enteran de nada. Pero el líder tiene las ideas muy claras, un carisma envidiable y es el único que puede sacar el país adelante.
Cuando de niños íbamos de excursión pasábamos horas y horas cantando aquello de «vamos a contar mentiras, trailará». Lo pasábamos pipa. Esta gente ha vuelto a la infancia y se ha ido de excursión. A ver si no regresa.