Aún tenemos margen de maniobra, dice la troika

Albino Prada
Albino Prada CELTAS CORTOS

OPINIÓN

06 mar 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

La casualidad ha querido que coincidieran en el mismo día de la pasada semana la publicación de las estimaciones anuales del crecimiento económico en España (INE) y en Galicia (IGE) para el año pasado, con la primera estimación global del déficit público del Estado para ese mismo año. El balance conjunto lo nombró con su singular lenguaje el ministro de Hacienda el pasado jueves al decir: «No vamos a tomar más medidas que agudicen la recesión».

De lo cual se deduce que el año pasado sí se habrían tomado medidas que alimentaron la recesión y que llevaron al conjunto de la economía española de un crecimiento del 0,4 % a una recesión del -1,4 %. Si hubiera que destacar tres de esas medidas, estas serían: un aumento generalizado de la presión fiscal y del pago por servicios públicos, una reducción de la masa salarial de los funcionarios y una ultraliberal precarización del empleo y de los salarios en el sector privado.

Con esta medicina (que el ministro promete mantener, pero no reforzar) la demanda interna (tanto de los hogares como de las Administraciones públicas) duplicó el pasado año sus caídas previas y solo un moderado ritmo positivo de las exportaciones evitó una recesión aún más profunda. La construcción sigue en caída libre (tanto la de vivienda como de obra pública) y el sector industrial cierra el año con un balance muy negativo debido a que las exportaciones no contrarrestan el hundimiento del mercado interno. Eso en el conjunto de España; a Galicia le pasa factura una menor demanda de fuera de España, tanto de mercancías como de servicios (turismo). Solo la inversión en obra pública y el sector de la energía siguen evitando un desastre mayor.

Así las cosas, las previsiones oficiales que acompañaron en su día los Presupuestos del Estado y de la Xunta (con una caída del PIB en torno al -0,5 %) para este año 2013 se me antojan un piadoso deseo. Porque si acabábamos el pasado año acercándonos a toda velocidad a tasas de recesión del -2%, y si el conjunto de los mercados europeos van a estar estancados o en recesión, no veo yo la forma de evitar que se hagan ciertas las peores previsiones y, en consecuencia, se hagan añicos las previsiones oficiales. Habremos padecido un bienio negro. En depresión.

Y eso si las políticas de recortes internos «se mantienen», como dice el ministro, porque si hay que hacer caso a la troika cuando afirma que aún tenemos margen de maniobra para subir la recaudación de impuestos y bajar los salarios (y lo dicen los que han prestado miles de millones a nuestros bancos para defender sus inversiones), las cosas aún pueden empeorar. Ánimo. Pasito a pasito colocaremos a precio de saldo todas las Pescanovas del país.