La estrategia de Fernández

OPINIÓN

20 feb 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Dicen que la mejor defensa es un buen ataque. Y esa es la estrategia por la que, al parecer, ha optado Manuel Fernández Castiñeiras, mezclando churras con merinas. ¿Robó o no robó el Códice Calixtino? La ingente cantidad de dinero hallada en su poder, ¿proviene o no proviene de sus robos en la catedral? Esto, y solo esto, es lo que hay que dilucidar ante los tribunales de justicia. Lo otro, si es que algo hubiere (cosa que yo dudo seriamente), corresponde a otro tipo de tribunales y no está en cuestión. A estos tribunales tendría que haber apelado el señor Fernández Castiñeiras, y no tomarse la justicia por su mano. Porque, ¿en qué mejoraban sus robos ese clima catedralicio disoluto y carente de toda moral que él ahora denuncia? Amiguiño, la irresponsabilidad de los demás no te eximía de tu propia responsabilidad: tenías que haber rezado y dar trigo, no robar.

Me pasma la asombrosa facilidad con la que se ha puesto en entredicho el buen nombre de los miembros del cabildo de Santiago, a muchos de los cuales trato desde hace años; hombres entregados a su vocación sacerdotal, con formación e integridad dignas de encomio. A tenor de lo sucedido ayer, no estaría de más, creo yo, reflexionar acerca del papel de la ética en el ejercicio profesional de abogados y periodistas.