Lecciones económicas para una cumbre

Albino Prada
Albino Prada CELTAS CORTOS

OPINIÓN

04 feb 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

H oy tiene lugar una cumbre hispano-alemana. Sería positivo que en ella nuestros líderes demostrasen que quieren corregir el rumbo, después de cinco años de crisis en Europa y una doble recesión en España.

Lo primero a corregir es que el problema en Europa se centra en una demanda agregada insuficiente y que, por eso, las llamadas reformas estructurales (que llevan su tiempo y son de oferta) no son la solución. Porque lo que limita la producción es la demanda y esa es la causa del desempleo. Si esto estuviese claro, tanto el BCE como la Comisión Europea y el eje Berlín-París deberían diseñar un Plan Marshall de estímulo a la demanda a través de gastos públicos selectivos (para algunos sectores sociales y productivos).

Como en el origen de la crisis están los bancos -y la burbuja crediticia privada que generaron-, lo segundo que debiera estar claro es que dar dinero barato a los bancos para comprar deuda soberana (lo que Stiglitz llama «economía vudú» o de castillo de naipes) es un insólito regalo a los bancos por no hacer nada. La financiación del déficit público en Europa la tendría que hacer directamente el BCE, si fuese realmente el banco central (el financiador de último recurso) de la eurozona. Y si el euro fuese algo más que la moneda de un mercado. No hacerlo así supone someter a sucesivas dosis de austeridad a las familias para pagar los intereses de ese regalo oculto, que además agravan la crisis de demanda.

Lo tercero que tendríamos que ir teniendo claro es que hemos creado para los bancos una red de seguridad mucho más fuerte que la que tenemos para los ciudadanos. Evitamos rescatar a los propietarios de hipotecas porque, al parecer, supone un riesgo moral (por ejemplo la dación en pago). Sin embargo ese argumento debiera aplicarse a los bancos con mayor razón; porque si es deseable conceder un nuevo comienzo a grandes empresas o bancos, lo es aún más (de nuevo por razones de demanda) el aplicar una quita a lo que deben las familias por su vivienda.

En cuarto lugar vemos cómo se trabaja para que se considere deseable el rescate de los bancos y, al tiempo, para que se considere indeseable una reestructuración de su deuda. Asumimos pagarlas todos y, además, se rescatan (en España con FROB y Sareb) configurando bancos demasiado grandes para quebrar y que, por eso, debieran ser demasiado grandes para existir. El Banco de España y el BCE es obvio que en esto actúan capturados por el sector financiero.

Si la Comisión Europea, el Consejo y el BCE siguen actuando así, lo harán solo al servicio de los acreedores, provocando la depresión económica de los países, su ruina social y la liquidación por saldo de su capital empresarial (tanto público como privado).