El fútbol, la ley y los trajes a medida

Fernando Hidalgo Urizar
Fernando Hidalgo EL DERBI

OPINIÓN

15 ene 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

El Deportivo ya se encuentra intervenido judicialmente. Ayer, la jueza de lo mercantil Zulema Gento hizo público el auto de admisión del concurso de acreedores solicitado por Lendoiro y nombró administrador concursal a la empresa de Francisco Prada, un prestigioso experto en estas lides que ya lideró el concurso del Celta. A partir de ahora, el club coruñés comienza una etapa decisiva en su futuro, con Lendoiro aún en el cargo, pero fiscalizado por el administrador nombrado por la jueza.

En los últimos meses, el actual dirigente del Deportivo ha propagado un discurso encaminado a preparar este momento. De esta forma, ha declarado que ha llegado a la situación de concurso por culpa de los embargos de Hacienda, a la que ha acusado de tratar al Dépor de forma injusta con respecto a otros clubes. Igualmente, ya ha venido diciendo que quiere que el Deportivo tenga el mismo trato en el concurso que tuvo en su día el Celta. Y ha tratado de hacer llegar a la jueza el mensaje de que el fútbol es una cosa diferente y debe ser tratado de acuerdo a sus peculiaridades.

Da la sensación de que Lendoiro está pidiendo a todos los actores que van a participar en este proceso un traje a medida. Quiere el mismo trato que el Celta y que se contextualice su gestión en el marco del siempre nebuloso mundo del balón.

Nadie le ha oído pedir a Lendoiro que se aplique estrictamente la ley, algo que, en principio, no debería causar temor alguno, sino todo lo contrario. Porque las leyes, precisamente, se hacen para dotar a los ciudadanos y a las empresas de garantías suficientes para que vivan y desarrollen su actividad bajo el manto protector de un marco normativo. Y para desterrar fuera del sistema a quienes ponen en peligro el citado marco.

Llama la atención, por tanto, que Lendoiro pida ser tratado igual que fulano o mengano, en vez de poner el acento sobre el estricto cumplimiento de la ley. Porque no hay mejor garantía de que uno no será discriminado que la mera aplicación de la normativa vigente. Por lo menos en un Estado de derecho.

El problema o la ventaja del Deportivo con respecto a otros clubes que entraron en concurso está más en la realidad de su situación que en la manera en que vaya a ser tratado por los profesionales a quienes les ha correspondido llevar el asunto. Estos, sin duda, aplicarán el libro. No pueden hacer otra cosa.

Pero Lendoiro, entregado a un populismo fácil, ha ido preparando el terreno para responsabilizar a otros de lo que pueda suceder. Y la verdad es que lo que ocurra a partir de ahora será más consecuencia de la gestión que Lendoiro ha hecho en el Deportivo que de la administración concursal.