¿Quién cava su tumba (económica)?

OPINIÓN

17 oct 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Se calificaba días atrás desde Alemania la última actuación de la Reserva Federal de EE. UU. como un empujón más de esa economía hacia su propia tumba. ¿Motivo?: que la Fed decidió poner en marcha un estímulo anual por valor de 850.000 millones, para así conseguir reducir la tasa de paro al 7 %. Un envidiable objetivo para Europa. No digamos para España.

Objetivo que, para ser alcanzado, cuenta -también allí- con el auxilio de un nivel de déficit público anual del doble del que nos permitimos en la eurozona. Una economía que, como se ve, se emplea con energía (desde las instituciones públicas) en alimentar el crecimiento de la producción y del empleo a lo largo y ancho de todos los estados de aquella Unión.

Y lo impulsan permitiendo que todos sus estados se financien a un precio inferior al que tenemos que soportar algunos países de la eurozona, aunque aquí tengamos un déficit y una deuda públicos muy inferiores. Y así evitan engrosar una factura de intereses que en España se come ya más euros que las nóminas de los empleados públicos.

A pesar de ello nuestra capitana alemana, y su timonel Olli Rehn, nos dicen: no hagáis ni caso, están cavando su propia tumba. De manera que en los sucesivos programas de ajuste y memorandos de rescate que nos ponen a la firma confiamos en su camino a la vida, a la recuperación. Aunque veamos cómo Portugal (un país tan buen alumno de ese camino) parece sumirse, cada día que pasa, en una depresión sin fondo y en un horizonte de pobreza y emigración masivas.

Los alumnos bien dispuestos, como nuestro Gobierno en España, observan cómo las buenas noticias se alejan hacia un improbable año 2015 y cómo las malas se acercan. Y así en los Presupuestos para el 2013 los costaleros del paso de la gran burbuja soportaremos la carga de los despedidos, los intereses de los prestamistas, el FROB y el banco malo. Nos hundimos en el charco de una depresión económica que el FMI estima ya de doble intensidad que la prevista por nuestro Gobierno.

Mientras en EE. UU. estarían intentando cumplir (no lo suficiente) con lo que hizo Keynes (se dice que «salvó al capitalismo de sí mismo»), en la eurozona -paraíso de los banqueros francfortianos y de los economistas hayekianos- estaríamos consiguiendo que el capitalismo se devorase a sí mismo.

Enterrados fuera de la eurozona

Creo que quien se está cavando su tumba no son los norteamericanos, sino los pueblos europeos que cumplen con las recetas que nos imponen los que nos asustan con el presunto error americano. Unos predicadores que -supongo- si sale cruz, cuentan con ver desde la barrera cómo sus discípulos mueren de éxito. Para ser enterrados fuera de la eurozona.