Contrarrevolución islámica

Gonzalo Parente VENTANA AL MUNDO

OPINIÓN

23 sep 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Lo que sucede en el mundo islámico, que algunos erróneamente llaman «el invierno árabe», mejor podría verse como «la contrarrevolución islámica», pues si el movimiento de protestas populares iniciadas en Túnez, en febrero del 2011 fueron para derribar las dictaduras en los países árabes, los ataques a las embajadas norteamericanas tienen origen distinto y ocurren en países que no son árabes, como Pakistán, Afganistán o Indonesia. Es mucha casualidad que los disturbios se iniciasen recordando el 11-S, promovido por Al Qaida, cuando el papa iba a visitar Oriente Próximo y los norteamericanos están en campaña electoral. ¿No será que los grupos salafistas hacen esta contrarrevolución para derribar a los Gobiernos de los Hermanos Musulmanes salidos de las urnas democráticamente, con el pretexto de ofensas a las creencias islámicas? La diferencia entre las dos revoluciones es que la «primavera árabe» estaba promovida por jóvenes deseosos de mejorar sus modos de vida, mientras que ahora son las turbas de fanáticos exaltados que ponen en aprietos a Gobiernos legalmente constituidos, frente a aquellos que perdieron su oportunidad. Los disturbios tienen un carácter más político que social y se están deteniendo a radicales islamistas en Yemen y en Túnez, pero también en Francia. Esto indica los posibles responsables de la contrarrevolución islámica.