El lago de As Pontes, agua que sabe a futuro

OPINIÓN

26 ago 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

E l enorme interés que ha despertado la playa artificial de As Pontes ha desbordado las previsiones de los más optimistas, contándose por miles, los visitantes que se acercan desde todos los puntos de España para conocer la obra de restauración ambiental más ambiciosa de este país, llevada a cabo en un gigantesco espacio de más de veinte kilómetros cuadrados que hasta hace unos años ocupaban una mina y una escombrera. As Pontes, el ayuntamiento más extenso de toda la provincia, donde se encuentra el mayor complejo eléctrico del país, cuenta con el lago artificial más grande de España, con una profundidad de más de 200 metros, y una capacidad de más de 600 hectómetros cúbicos de agua, agua de una calidad impecable según el organismo Augas de Galicia, calidad controlada también por la Consellería de Sanidade, que también ha validado los parámetros de la zona de baño, Universidade de Santiago, Endesa y el propio Concello de As Pontes.

Este nuevo espacio lago-antigua escombrera, es un reto para As Pontes y para la sociedad gallega en general, ya que tras dejar atrás la mayor explotación de carbón a cielo abierto de España, ahora toca a todas las Administraciones ser conscientes de que el país mira con interés cómo somos capaces de ordenar este inmenso espacio, cómo lo ponemos al servicio de los vecinos, del ocio, del deporte, de la ciencia y, por supuesto, del turismo nacional e internacional asociado a todo ello.

As Pontes atesora desde siempre un ímpetu por superarse, por aportar. Probablemente no existe mejor muestra de ello que para dar luz al país hiciera desaparecer decenas de lugares, cuya memoria guarda ahora el lago, y ese mismo espíritu de generosidad y compromiso es lo que va a convertir con humildad y esfuerzo el complejo del lago y antigua escombrera (hoy espacio de 1.700 hectáreas reforestadas y habitadas por casi doscientas especies animales) en un lugar del que la sociedad pueda estar orgullosa, un lugar para enseñar, para aprender, donde nuestros hijos puedan admirar la cultura del esfuerzo, de la ilusión, de la responsabilidad y del respeto por el trabajo que hay debajo de esas aguas, y que a mi entender es la fórmula que necesita este país para dejar atrás esta crisis.

Quiero agradecer en nombre de las pontesas y ponteses, orgullosos de su historia, a los miles de visitantes que se acercan a conocer ese lago que contiene un mar de agua que sabe a futuro, futuro que queremos compartir con todas las gallegos y gallegos.