El maratón de Gayoso

Eduardo Riestra
Eduardo Riestra TIERRA DE NADIE

OPINIÓN

31 jul 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Ahora que los juegos olímpicos han comenzado uno tiene la tentación de ponerse cultureta y pensar en el mito de Filípides, que murió de agotamiento tras recorrer la distancia entre Maratón y Atenas para contar que los griegos habían ganado la batalla contra los persas. Filípides, claro está, es Julio Fernández Gayoso, que ha venido a morir a la orilla del Parlamento tras recorrer una larguísima carrera. Parece que la historia es falsa, que Filípides-Gayoso lo que quería era pedir refuerzos: acabáramos. Julio Fernández Gayoso ha decidido insultar a los gallegos, y ha elegido nada menos que el Congreso de los Diputados para hacerlo. Gallegos y gallegas, yo no sabía nada, y vosotros sois idiotas. A mí me gustaría devolverle el insulto, pero en este diario, que es muy civilizado, no me van a dejar. Gayoso, en insólita liberalidad, cuando le tocaba irse a su casa se atrincheró en una presidencia que no le correspondía y que hizo ejecutiva para seguir mandando. Dice que no conocía el informe de auditoría encargado para la fusión. Tampoco entonces, pásmense ustedes, se fue a su casa. A Julio Fernández Gayoso lo echó la opinión pública a gorrazos. Tan larga vida para tan poca gloria. Lo que sí es cierto es que Filípides corrió la distancia que separa Maratón de Atenas -42.195 metros- y al llegar se murió. La historia no dice, sin embargo, si se llevó mucho dinero a la tumba.