El salmón atlántico: camino de la extinción

Mark Adkinson FIRMA INVITADA

OPINIÓN

22 jul 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

La situación del salmón atlántico es crítica en toda España, hasta el punto que la especie está de hecho en peligro de extinción, como así reconocen los científicos, por lo cual Ríos con Vida puso en marcha una campaña para la conservación de los ríos salmoneros de Galicia en el 2008.

Dicha campaña está enfocada a la mejora de los ríos, sobre todo los coruñeses, la mayoría de ellos troceados por presas a lo largo de su recorrido, como el Grande de Baio, el Anllóns, el Mero o el Tambre. Otros tienen además su cauce desecado por derivaciones de aguas de compañías eléctricas o piscifactorías, como el Eume, el Castro o el Mandeo, el único río de esa provincia considerado como salmonero por la Administración. Ocurre que nuestras denuncias duermen el sueño de los justos en algún cajón de la Xunta, que sigue siendo mera espectadora de semejantes atropellos, pues ni Augas de Galicia ni la Dirección Xeral de Conservación da Natureza han puesto freno de modo decidido a este despropósito.

En estos años siempre hemos recibido cartas oficiales que prometen un plan de recuperación para el salmón en A Coruña, siendo la mejor opción la restauración del hábitat y, posteriormente, la protección de las poblaciones de salmón vecinas o cercanas para lograr una recolonización natural. También se dijo que estaba en marcha un plan de reintroducción del salmón atlántico en varias cuencas de la provincia, siguiendo un plan similar al que se realizó en el río Lérez, en el que se había reintroducido y estabilizado una población importante de este pez. En la misma carta nos explicaban que se intentaba crear una reserva de peces autóctonos, capturados como alevines en los ríos Mandeo y Mera, que se emplearían como reproductores para la reintroducción de varios cauces. Y se nos informó de la eliminación de varias presas que carecían de concesión, como algunas de los ríos Eume y Mera, y de la creación de algunas escalas inexistentes, como las del Castro de Lires.

En estos cuatro años hemos visto cómo el compromiso de nuestra Administración ha sido nulo. No solo no han sido capaces de ejecutar ni una mejora de hábitat en ninguna cuenca, sino que tampoco han sido capaces de reintroducir la especie en algunas cuencas que lo necesitan, como las del Grande de Baio, el Eume, el Sor o el Anllóns. Se han limitado a enviar cartas, eludiendo sus responsabilidades y prometiendo planes que no tienen en mente cumplir, demostrando así la incuria e indolencia de la delegación coruñesa de la Consellería de Medio Ambiente, que contrasta con el buen trabajo realizado en Pontevedra y Lugo.

Lo más lamentable es que en cuatro años ni siquiera han sido capaces de proteger las poblaciones que a duras penas sobreviven en la provincia coruñesa y que carecen del reconocimiento oficial de que existen en los ríos Tambre, Grande de Baio, Eume, Xubia y Mera. Tampoco han procurado catalogar como aguas salmoneras las del único afluente del Mandeo, donde se ven salmones año tras año, ni el propio Mera, con una población de salmón estable.

El salmón, un símbolo de Galicia y fuente de desarrollo rural, se nos va: necesita su declaración oficial sin dilaciones como especie protegida, la veda inmediata de su pesca desde el Miño al Bidasoa, el cese de las indiscriminadas y perjudiciales sueltas de ejemplares de granja, así como la restauración y la reordenación concesional de sus ríos, para que se recupere del modo más natural posible antes de que tengamos que lamentarlo.