El futuro incierto de Alcoa en Galicia

Miguel Sande Corral
Miguel Sande LÍNEA ABIERTA

OPINIÓN

13 jul 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Casi seis mil familias de A Mariña lucense dependen directa e indirectamente de Alcoa, que es tanto como decir una cuarta parte de la población de esta costa norte de Galicia. El complejo industrial de San Ciprián genera más de dos mil empleos contando a sus 23 empresas auxiliares; prevé producir este año casi 1,5 millones de toneladas de alúmina y 227.000 toneladas de aluminio pero a costa de consumir 3,5 millones de megavatios: su apetito energético es voraz, consume tanto como A Coruña y Vigo juntas -para hacernos una idea- en un año. Solo ese gasto supone el 40 % de los costes de las plantas de A Mariña.

Ahora, a día de hoy, el futuro de Alcoa en Galicia es incierto; pasa porque la multinacional norteamericana consiga del Gobierno una tarifa eléctrica competitiva: rebajada, para qué rebuscar otras palabras. La caída continuada del precio del aluminio y la crisis general de los mercados obliga a fijarse más que nunca en el precio de esta tarifa para evitar en San Ciprián recortes como los ya aplicados en las fábricas de A Coruña y Avilés (en EE.?UU., nos tememos, no les va a temblar la mano). En A Mariña se evita pensar en la temida deslocalización, pero cada día que pasa sabemos que el riesgo puede ser mayor porque ahora los plazos sí importan y mucho.

En esta costa -una zona rica, curiosamente, que lo es- de la Galicia del norte producimos leche, pero en los últimos años se vieron obligadas a cerrar más de cien granjas o explotaciones. Los puertos de Celeiro y Burela lideran las descargas de los muelles gallegos, pero el precio de la merluza del pincho con etiqueta de calidad está ya por debajo de la cotización del jurel. Empresas históricas como Sargadelos o Muebles Hermida luchan por subsistir con regulaciones de empleo; si dejamos de producir aluminio, ¿qué nos queda? Porque aún así dos mil jóvenes mariñanos tuvieron que emigrar en los últimos años buscando un futuro lejos.

Alcoa, como saben, es el mayor consumidor de energía de Galicia. Aporta el 30 % del PIB de la provincia de Lugo. Su puerto es el segundo en tráfico de mercancías. Hace siete jornadas miles de mariñanos salieron a la calle por algo insólito, cuando menos inusual: en defensa de una empresa, Alcoa, porque no quieren, no queremos, volver la vista a 30 años atrás.

El complejo industrial marcó una nueva etapa en esta costa, un antes y un después, fue como pasar de la noche al día. Nadie piensa aquí en aquella época; aquí vemos ya en el Cantábrico al atardecer el color de la colada de aluminio fundido a 250 grados, qué quieren. Y aunque no llegó todavía el ansiado gasoducto -trazado desde Asturias curiosamente, no desde Reganosa- a la planta de San Ciprián, en Alcoa esperan al menos que el Gobierno establezca ahora un marco específico para la tarifa eléctrica de los grandes consumidores de energía. Alcoa lo es.