U stedes no se habrán dado cuenta, pero lo de la Academia Española sobre el lenguaje políticamente correcto lo dije yo antes que ellos. Un día antes, exactamente: el domingo pasado. Aunque eso de hacer las cosas antes no siempre está bien. Por ejemplo, no conviene hacer la digestión antes de comer, sino después. Igual pasa con el sexo y el pitillo. Ahora se anuncia la huelga para después de las elecciones andaluzas. Pero no con tanto tiempo como la huelga de Zapatero, que se anunció con tres meses y medio de anticipación. La de ahora será dentro de veinte días, con Andalucía ya cautiva y desarmada. Los sindicatos atacan la reforma laboral, pero no quieren ni oír hablar de perder la fortuna que ingresan por la formación. Lo normal con esas cantidades es que en España fuéramos todos ingenieros. Ya hay muchas voces que se alzan diciendo que el proletariado de hoy no son los trabajadores sino los parados. Y Rajoy toma las Malvinas del déficit e irá a Europa a decir aquí estoy yo. Entre tanto, los acreedores de Grecia aceptan hacer una quita, lo cual a mí me parece un acto de justicia universal. El justo pago por Homero, Praxiteles y Sócrates. La SGAE debería estar contenta aunque se pague con veintipico siglos de retraso, que esto del tiempo es relativo. Para todos menos para nuestros equipos de fútbol, Dépor y Celta, que cuentan las jornadas que les faltan para subir a Primera. Y entonces sí, los gallegos comenzaremos a salir del agujero.