Fuentes Quintana y la modernización

| XOSÉ CARLOS ARIAS |

OPINIÓN

07 jun 2007 . Actualizado a las 07:00 h.

ENRIQUE Fuentes Quintana ocupó una posición central en el grupo de profesores universitarios -del que también formaron parte, entre otros, Fabián Estapé o Juan Velarde- que a partir de los años cincuenta del siglo pasado renovó significativamente el flujo de las ideas económicas en España. Autor de numerosos libros y manuales, Fuentes fue sobre todo un divulgador de primer orden de las modernas teorías hacendísticas, y en general, del agitado debate entre corrientes del pensamiento económico (un trabajo suyo, Friedman versus Keynes , de 1969, tuvo gran divulgación entre los economistas por entonces jóvenes). Pero Fuentes Quintana fue mucho más que un relevante académico, pues desde su posición como tal -a través, por ejemplo, de dos revistas clave creadas por él, Información Comercial Española, y ya más tarde, Papeles de Economía Española-, influyó decisivamente en la reorientación de nuestra economía en varios momentos fundamentales. Durante los primeros sesenta, el grupo de Fuentes suministró la batería ideológica para la puesta en marcha del Plan de Estabilización, sin cuyas medidas liberalizadoras y de relativa apertura al exterior no hubiera tenido lugar el milagro económico del seiscientos , la compra a crédito y las nuevas barriadas. Pero seguramente Fuentes Quintana será sobre todo recordado por su participación directa, como ministro de Economía, en el primer Gobierno democrático de Suárez. Padre de los Pactos de la Moncloa, el profesor Fuentes prestó entonces un importante servicio al país, al conseguir evitar con su política que la rampante inestabilidad de la economía (recuérdese que en 1977, y en plena crisis internacional, la inflación se acercaba al 30%) se uniese a la fuerte tensión política para bloquear el avance hacia la democracia. Apelando al consenso, y con medidas efectivas de acuerdos salariales y reformas financieras y fiscales (con la creación, por ejemplo, del impuesto de la renta) se consiguió entonces un rápido ajuste que sentó las bases para la impresionante modernización que ha venido después.