LA REITERACIÓN de accidentes de tráfico en trechos determinados de una misma carretera lleva a la configuración de puntos negros y de tramos de concentración de accidentes (TCA). El sentido y contenido de ambos conceptos es el mismo, aunque ocurra que sendos órganos de la Administración del Estado emplean uno u otro, según se consideren distancias viales de mayor o menor longitud. En todo caso, cualquiera que sea la red de carreteras que se considere -estatal, autonómica, provincial-, no será fácil hallar una de ellas que al cabo de cierto tiempo no manifieste la proclividad a la repetición de accidentes en hitos kilómetricos-hectométricos precisos. Bien se advierte que, en este marco, es fácil provocar el debate: ¿son las maldades del camino o sus defectos la causa de que se generen los puntos negros o TCA? ¿Son las conductas inadecuadas -por ser contrarias a norma a costa de la señalización ad hoc- las que quiebran la seguridad vial del lugar? Convengamos en esta ocasión en la inoportunidad de la discusión a costa de su valor objetivo, siempre que resulte físicamente posible la obra puntual de infraestructura capaz de evitar -siquiera teóricamente- nuevos accidentes. Procede recordar en este punto la resolución del Parlamento Europeo, de 29-XI-2005, sobre el programa de acción europeo de seguridad vial -cuyo fin es el «reducir a la mitad el número de muertos por accidente de tráfico en la UE de aquí al 2010»-, cuando tras señalar que «una red de carreteras que propicie los incidentes o no minimice las consecuencias de los accidentes constituye un factor de riesgo de primer orden», impone la acción de «fomentar los programas nacionales para reparar los tamos de carretera con un elevado riesgo de accidente». Por fortuna, las tres Administraciones de nuestra comunidad -estatal, autonómica, provincial- con titularidad sobre redes de carreteras ejecutan programas de seguridad vial en los que encajan actuaciones singulares para la corrección de puntos negros o de TCA. Ahora, cuando se anuncia el tratamiento de 86 tramos peligrosos en la red comunitaria Galicia toma la buena senda de las directivas europeas.