SI ALGUIEN albergaba ilusiones de que el comunicado del IRA hará entrar en razón a ETA, que abandone toda esperanza. El día que el mundo entero celebra el adiós a las armas de los terroristas irlandeses, el cerebro de los etarras está ocupado en aumentar los atascos y amargarle el comienzo de las vacaciones a las familias españolas. Mientras el IRA hace historia, ETA pone bombas. Sus explosivos en la operación salida son ya parte del paisaje. Como el calor, el atasco, el maletero lleno, el pis de los niños. Pero dan idea del grado de indigencia política de sus dirigentes. Si la independencia del País Vasco pasa por retrasar unas horas la llegada a la playa de los españoles, incluidos muchos vascos que veranean en el sur, aviados estamos para negociar con esta gente.