Trátame de tú

| PABLO GONZÁLEZ MARIÑAS |

OPINIÓN

15 dic 2004 . Actualizado a las 06:00 h.

EL GOBIERNO ha decidido, en el marco del nuevo Código ético, eliminar el tratamiento de excelentísimo e ilustrísimo otorgado a algunas personas en razón de sus méritos o del cargo público que ocasionalmente ocupen. Sería imposible no compartir la medida si de verdad respondiese a un afán de democratizar a fondo la sociedad, buscando una mayor igualación real y suprimiendo la ostentación de reverenciales títulos de distinción. Y habría que hablar también, aunque pudiera disgustar a algún ministro, de otros estímulos honoríficos, como las condecoraciones. Pero todo esto, en realidad, no es más que fusilería de fogueo. No se atacan las verdaderas e hirientes desigualdades económicas y sociales mientras, entretenido el personal con estas fruslerías, se practica la más ortodoxa política del movimiento neoliberal a la moda. Sin embargo, como escribió Octavio Paz, «la forma que se ajusta al movimiento no es prisión sino piel del pensamiento».