Investigación o ajuste de cuentas

MARÍA ANTONIA IGLESIAS

OPINIÓN

06 may 2004 . Actualizado a las 07:00 h.

LA COMISIÓN de investigación sobre los atentados del 11-M será, finalmente, el escenario de la confrontación política ansiado por el PP, el buscado ajuste de cuentas con los socialistas que les han expulsado del poder. Esa y no otra parece ser la razón última de su repentino interés por bucear en los subterráneos de lo sucedido en aquellos aciagos días. Tiene además todas las connotaciones de aquellos comportamientos que deberían acabar en el diván del siquiatra. Y es que el PP, Aznar y el ministro Acebes de manera especial (también Rajoy arrastrado por la marea) se mueven en clave de ajuste de cuentas, con la lógica intención de pillar a los socialistas como muñidores de una delirante conspiración, pero también con un mal disimulado deseo de conjurar sus propios demonios, sus propios fantasmas. Aquéllos que les recuerdan al oido las inconfesadas y verdaderas razones de su fracaso. En esta ocasión, el PP prepara sus baterías, que ya anuncian que van a colocar, estratégicamente, siguiendo el método del aspersor-dispersor, o lo que es lo mismo, distribuyendo responsabilidades por todas partes, con la única excepción de sí mismos; porque «sí mismos» fueron, en todo caso, inocentes víctimas de una diabólica estratagema en la que unos policías malos, pagados por el PSOE, les hurtaron la verdad sobre la autoría de los atentados del 11-M. El propósito de tan perversa conspiración no era otro que «obligar» al Gobierno a mentir, a empecinarse hasta el mismo día de las elecciones, respecto la autoría de los atentados con el fin de que el PP perdiera las elecciones. Por eso, por mentir... ¡Uf!... Cierren ustedes la boca, lectores, que de eso va la cosa, y vamos a ver lo que todavía no está escrito. Y... bueno, quizás les parezca que estoy un poco «perjudicada de la cabeza», como diría mi hija, pero no me extrañaría nada que el PP citara a declarar a los directivos de la SER y al mismísimo Iñaki Gabilondo. Al tiempo... Los socialistas hubieran preferido que la cosa se quedara en la comisión de secretos oficiales, y ya casi habían convencido a sus impacientes socios parlamentarios de IU y ERC de la conveniencia de escuchar primero y «disparar» después. Pero el PP, para el que ya deberían estar preparados, les ha «madrugado», con sus ímpetus investigadores, y les ha llevado a un terreno indeseable. Ahí donde las cuestiones más serias, que son las que afectan a la seguridad del Estado, van a ser objeto del manoseo periodístico más irresponsable. Y yo... ¡qué quieren que les diga! Hubiera preferido no saber más, con tal de que la que no supiera más fuera la larga oreja de Al Qaida.