Descentralización de la política pesquera de la UE

| FERNANDO GONZÁLEZ LAXE |

OPINIÓN

14 dic 2003 . Actualizado a las 06:00 h.

HAY OCASIONES en que los políticos como las instituciones públicas llegan a tiempo. Enmiendan sus errores y sientan sólidas bases para el futuro. Es el caso de la decisión adoptada en la Cumbre de Bruselas en la que se designa a Vigo como sede de la Agencia Europea de Control de la Pesca. Quiero entender, por lo tanto, que en el reparto de las sedes europeas se procedió en unos casos a responder a favores políticos relacionados con la localización (sistema de reparto) y en otros supuestos por asignación racional de las actividades a los territorios. Vigo responde a este último supuesto, al de la relevancia de sus fortalezas, de su capital humano y de su tradición histórica. Es de todos conocido que Vigo se configura como la capital pionera en lo que concierne a la capacidad de adaptación a los cambios operados en el sector pesquero internacional desde hace más de cincuenta años. Vigo significa y enarbola las banderas de las iniciativas empresariales pesqueras en la confianza de responder a los nuevos escenarios. Vigo posee la fortaleza de las industrias relacionadas con el mar, tanto en lo que hace referencia a sus vínculos hacia atrás como hacia adelante; o sea con industrias que proporcionan inputs para disponer de nuevos bienes y servicios productivos, como la posibilidad de desarrollar productos que contribuyen a las nuevas ofertas y demandas. Vigo aporta, como baluarte excepcional, un peso específico de indudable valor a la configuración de la potencia pesquera europea en el concierto mundial. Estas características de Vigo la han hecho merecedora de la citada acreditación. Pero ahora comienza la segunda fase. A una capital pesquera, ubicada en el territorio que posee el mayor potencial y capacidad de respuesta a los cambios pesqueros; en donde se cuenta con un capital humano de enorme valía; con una tradición y una cultura marítima intacta; no se puede tratar de desarticular y reestructurar con políticas comunes que evidencian particularismos, excepcionalidades y transitoriedades tal y como hasta el momento han sido las propuestas comunitarias sobre la reforma de la Política Pesquera, casi siempre en detrimento de las fortalezas pesqueras gallega y viguesa. Si la Unión Europea ha adoptado una decisión correcta y acertada, esperemos que a partir de ahora, desde aquí, desde Galicia y en la sede de Vigo, se puedan plantear las bases estratégicas y de corto plazo de las políticas pesqueras. O sea, deseamos que también se puedan descentralizar las políticas pesqueras comunitarias. Galicia que es referencia pesquera europea contaría con una excepcional disposición (condiciones y saberes) para llevar a cabo una planificación a medio y largo plazo más coherente, más sostenida, más solidaria, más equilibrada y más participativa. Sólo resta, en consecuencia continuar avanzando en la profundización de la formación de la voluntad europea sobre aquellas bases territoriales más conocedoras de las problemáticas sectoriales, más próximas a los administrados y poseedores de mayor capacidad de respuesta ante los inmediatos escenarios. A mi modo de ver las cosas, se han dado dos grandes pasos, uno la designación y otro, a partir de ahora, la posibilidad de elaborar una propuesta concreta de lo que significan las nuevas posiciones competitivas del sector pesquero. Galicia ha ganado; esperemos que Europa nos deje demostrar ahora nuestra capacidad de respuesta.