El emperador de la prensa brasileña

| DAVID LORENZO |

OPINIÓN

07 ago 2003 . Actualizado a las 07:00 h.

ROBERTO MARINHO, el magnate de las comunicaciones en Brasil, a quien muchos analistas compararon con el opulento empresario que inspiró a Orson Welles para el largometraje Ciudadano Kane, falleció ayer en Río de Janeiro a los 98 años, víctima de un edema pulmonar. Tan apasionante como la vida del estadounidense William Randolph Hearst, llevada al cine por Welles en 1941, fue para la historia política y cultural de Brasil la de Roberto Marinho desde 1931, cuando asumió las riendas el diario O Globo, fundado por su padre. Conocido en Brasil como Doctor Roberto, tenía fama de elegir por su influencia a jefes de Estado y de ser escuchado por ellos a la hora de nombrar ministros de Hacienda. «No soy el hombre más influyente de Brasil. Admito ejercer influencia, lo que hago siempre con vistas al bien de mi país», confesó en una entrevista reciente. El presidente del imperio brasileño de comunicaciones denominado Organizaciones Globo no superó una intervención quirúrgica en la que los médicos intentaron en vano disolver un coágulo alojado en un pulmón. El presidente Luiz Inácio Lula da Silva decretó anoche luto oficial de tres días en Brasil. Marinho era el propietario de un patrimonio valorado en más de 1.000 millones de dólares y la cabeza de un imperio periodístico y editorial que mueve cada año unos 5.700 millones de dólares. Bajo su batuta, O Globo se consolidó como uno de los rotativos más influyentes del país, si no el mayor. Su dinastía periodística continúa con sus hijos, consagrados desde 1998 como altos ejecutivos de las Organizaciones Globo: Roberto Irineu, Joao Roberto y José Roberto. Amante del deporte, practicante en su juventud del boxeo y gran aficionado a la hípica, pasó sus últimos años entre el trabajo intenso, el cuidado de sus 700 obras de arte y su colección de flamencos.