La hora de las conselleiras

| MARÍA XOSÉ PORTEIRO |

OPINIÓN

HABITACIÓN PROPIA

23 nov 2002 . Actualizado a las 06:00 h.

EN EL CALENDARIO reivindicativo contra las injusticias y los desafueros, el 25 de noviembre se erige como el Día internacional contra la violencia de género , es decir, contra cualquier forma de agresión física, amenaza, coacción o privación arbitraria de la libertad que produzcan un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer que lo padece. Es una violencia que se ejerce para someter a la agredida y que, como afirma la Coordinadora Nacional Galega da Marcha Mundial das Mulleres, «se alimenta de pautas económicas, sociales, religiosas y culturales que perpetúan la condición de inferioridad que se nos asigna a las mujeres en todos los ámbitos: familia, trabajo, estructura religiosa, cultura, política...». Este año se pone el énfasis en reclamar una ley gallega -presentada como iniciativa popular- que contemple de forma global y multidisciplinar la lucha contra la violencia de género y que optimice los recursos de que disponen Xunta y Parlamento para avanzar en su erradicación. La violencia contra las mujeres ha sido objeto de decaraciones de organismos internacionales que aconsejan ampliar la legislación para combatirla. Cada día que pasa, la falta de acción en este sentido se convierte en complicidad con la desgracia y la humillación que sufren miles de mujeres en este país. Corina Porro y Manuela López Besteiro, antes de dejar sus carteras de Asuntos Sociales y de Mujer, tienen que dar un paso al frente y asumir su compromiso en este sentido. Malas alcaldesas podrán ser si miran hacia otro lado en una demanda tan sensible y urgente de la ciudadanía. Ellas saben que estamos ante una reivindicación justa que precisa de una respuesta inequívoca. Y saben también que su compromiso es aún mayor.