¡Hemos ganado los del equipo colorado!

| ROBERTO L. BLANCO VALDÉS |

OPINIÓN

EL OJO PÚBLICO

07 sep 2002 . Actualizado a las 07:00 h.

«AGENDA SETTING»: así llaman los anglosajones a la determinación de las cuestiones en las que, en cada momento, se centrará el debate público. Como es fácil de entender, los medios de comunicación (televisiones, radios y periódicos) contribuyen, en ocasiones de una forma decisiva, al establecimiento de esa agenda , que puede ser expresión de las preocupaciones reales de la gente, o ser, por el contrario, una mera creación artificial destinada a los objetivos más diversos: desde mejorar las cuentas de resultados de las propias empresas mediáticas hasta colaborar en una operación económica o política. Fueron los medios, por ejemplo, los que convirtieron el asunto de Monica Lewinsky (¿se escribía así?) en tema central de la política mundial, cuando en el mundo pasaban cosas decisivas, sólo con la intención de ganar pasta o de cargarse (o defender) al presidente Clinton y a su esposa. Pero han sido los medios, también, los que han conseguido -con la ayuda de algunos intelectuales de valor cívico admirable, como Fernando Savater- convertir el problema terrorista en el tema central de la agenda política española. El proyecto de ley urbanística de la Xunta de Galicia constituye otra muestra más, y de las buenas, de esa capacidad de los medios para situar en primer plano lo que los mismos colocan, por decirlo así, en primera plana. ¿O es que alguien más que un puñado de profesionales del urbanismo estaban en Galicia preocupados por las tipologías constructivas o la adecuación de las edificaciones al entorno, hasta que este periódico decidió encabezar una gran campaña informativa contra lo que muy pronto se tipificó como feísmo? El texto de la Xunta creará, tras su aprobación parlamentaria, el nuevo marco legal que hará posible comenzar a atajar un despropósito que ha convertido un medio natural de belleza esplendorosa en un medio artificial de fealdad aterradora. Es cierto que la Ley no podrá hacer todo el trabajo y que habremos de contar con la voluntad política de quienes deben aplicarla para abrir una nueva etapa en la relación de los gallegos con el medio, presidida por el principio no conservarlo y no de arrasarlo sin piedad. Pero en el origen de este futuro reto -que podrá salir bien o salir mal: el tiempo lo dirá-, hay una victoria indiscutible. La de este periódico, que junto a otros medios de Galicia, se empeñó en que se hablase de lo que casi nadie quería que se hablase: de cómo entre todos estábamos (y estamos) cargándonos la Galicia que hemos heredado. Por eso creo que hemos ganado los del equipo colorado: ¿o no es colorada la cabecera de La Voz?