El de Chiclana, que dispuso de su primer partido completo y se estrenó como goleador de penalti, afinó a un Racing falto de música en el juego
01 nov 2024 . Actualizado a las 22:48 h.Piano, piano. Lo tiene claro Manu Vallejo (Chiclana de la Frontera, 1997) que, pese a sus galones de Primera División, está entendiendo de qué va este Racing Club Ferrol que comanda Cristóbal Parralo. Con poco más de 100 minutos en liga, el jugador procedente del Girona saltó el jueves al campo de hierba artificial de un Tercera Federación como el Cuarte con la misma motivación que lo hacía en Mestalla cuando defendía el escudo de un grande como el Valencia.
?? ZONA MIXTA | Yoel Rodríguez e Manu Vallejo tras superar a primeira eliminatoria de #LaCopaDelRey
— Racing Club Ferrol (@racingferrolsad) October 31, 2024
???https://t.co/IkR0p7dFQV#LaCopaMola #somosdeferro #onortedonorte #matchday #mediaRCF pic.twitter.com/YErlvZZBvD
El andaluz de aspecto y sonrisa tímida, el que nunca levanta la voz, subió el volumen a base de fútbol en el verde. Y es que el de Chiclana le puso música al juego de un Racing muy necesitado de ella. Situado en la demarcación de extremo izquierdo, ordenó a los suyos en muchas fases de partido y se entendió en una perfecta sintonía con el canterano David Carballo. Música y baile —de ese sin pisotones, que requiere de una gran visión espacial — que le valieron al dorsal diecinueve una asistencia y un papel protagonista en el tercer tanto del Racing, que anotó Álvaro Giménez desde el punto de penalti tras una pared entre el propio Vallejo y David Carballo.
Ya con anterioridad había estrenado su casillero de goles el de Chiclana, también desde el punto de penalti. «Sí, primer gol con la camiseta del Racing y muy contento por ayudar, pasar la eliminatoria y porque sea el primero de muchos», valoraba tras completar por primera vez 90 minutos de juego este curso.
«Físicamente me he encontrado muy bien. Sinceramente, mejor de lo que esperaba. Me falta todavía un poco de confianza, que espero ir recuperando con los entrenamientos y con los minutos de partido», indicaba. Y es que una intoxicación alimentaria le costó unos kilos y algo de esa chispa futbolera a un jugador ya de por sí tocado por las expectativas que generó y que, al menos hasta la fecha, se han quedado en eso. Expectativas.
Realismo y oportunidad
No obstante, lejos de dejarse seducir por cantos de sirena, Vallejo se queda con la banda sonora del realismo y asume que queda mucho que ensayar.
«El día de Burgos tuve dos oportunidades claras y si se crean van a entrar. Somos jugadores que tenemos gol y nos esforzamos para ello y lo importante es eso. Tenerlas. Cuanto más estemos en área rival, más cosas van a pasar», apreciaba el de Chiclana consciente de sus errores y aciertos.
Por ello irá, asegura, «con todo lo que el míster me pida». Porque, agrega, «soy una jugador que aporto ofensivamente pero totalmente comprometido para ayudar al equipo, lo que quiero es lo mejor para el grupo», reseñaba.
Además, pese a que es una evidencia que el Racing partía como favorito en la noche de su estreno goleador, Vallejo subraya que los suyos ejecutaron a la perfección la partitura marcada por el míster: «No queríamos darles pie a que se vieran en el partido. Queríamos un gol rápido. Eso quieren todos los equipos y lo hemos conseguido», desgranaba
«Siempre la primera ronda es muy complicada y en mi trayectoria, creo que ha sido la que mejor he solventado. Por el trabajo que hemos hecho. No es fácil. Hay equipos de Segunda que lo han pasado mal y parece que venir aquí y ganar es lo que tenemos que hacer. Hay trabajo detrás y ambición de ganar partidos y el equipo lo ha demostrado desde el primer minuto», concluía un Manu Vallejo que ya en liga, en los treinta minutos que dispuso ante el Cartagena, dio unas pinceladas de solfeo sobre el terreno de juego.
Ahora, tras esta nueva demostración del juego musical que corre por sus pies en la Copa, le toca a Manu Vallejo subir el volumen de forma progresiva en liga. Sin estridencias ni notas discordantes. Piano, piano.