
Tras más de cien días de navegación integrados en la Agrupación Naval Permanente de la OTAN pudieron vibrar con el partido desde Polonia
29 may 2023 . Actualizado a las 23:58 h.La F-101 también es racinguista. Acumulan 101 días de navegación y el fin de semana tuvieron la fortuna de recalar en el puerto de Gydnia, en Polonia, para permitirse un descanso y disfrutar del Racing de Ferrol. La dotación de la fragata vivió la fiebre verde a bordo del barco y no faltaron las bufandas, las camisetas o las banderas en apoyo al equipo de la ciudad en la que tienen su base.
Integrados en la Agrupación Naval Permanente de la OTAN, la fragata Álvaro de Bazán navega con 219 personas, incluyendo la dotación del barco, un equipo de seguridad de infantería de marina que embarcó para esta navegación y el equipo de vuelo del helicóptero SH60B de la Armada que se encuentra a bordo. Según detalla el teniente de navío y seguidor racinguista, Joaquín Garat, la F-101 recaló el sábado en Polonia después de pasar 18 días en la mar en un travesía que arrancó en Islandia y que consistió en la vigilancia marítima del Atlántico Norte y el Mar Báltico.
Además, la dotación ha compaginado, según indica Garat, el patrullaje con la participación en los ejercicio Formidable Shield en el Atlántico Norte, unos ejercicios con el Grupo de Combate del Portaviones estadounidense Gerald R. Ford en el Mar del Norte y unos ejercicios de artillería en aguas danesas. Un arduo trabajo que no impidió que los ferrolanos integrados en la navegación se concediesen noventa minutos para vibrar con su equipo de fútbol. La relación entre la Armada y el Racing de Ferrol viene de lejos e incluso la F-102 está hermanada desde el año 2004 con el club. Un vínculo que se forjó cuando el actual jefe del Estado Mayor de la Armada, Antonio Piñeiro, ostentaba el cargo de primer segundo comandante y Manuel Garat ejercía como capitán de navío.
Sufrir para alcanzar el éxtasis
«Gracias a que el partido nos cogió en el puerto pudimos verlo todos, lo proyectamos en el barco y aprovechamos para cenar y celebrar otra navegación exitosa con los objetivos cumplidos y sin ningún contratiempo», señala el teniente de navío sobre lo especial del momento vivido el sábado. Estar lejos de un Ferrol que lució convertido en una auténtica marea verde no impidió a la dotación de la F-101 sentirse como en casa. Un gran pancarta con el makako amarillo y la leyenda «Ferrol mola» fue desplegada con motivo del duelo para insuflar ánimo desde la distancia al combinado dirigido por Cristóbal Parralo.
A pesar de que, confiesa Joaquín Garat, sufrieron con un partido en el que los goles no terminaban de llegar el primero de los dos tantos anotados por Jaume Jardí que convirtió A Malata en una auténtica explosión de júbilo se vivió con gran intensidad a bordo de la F-101.
«Estábamos atacados con el gol anulado y con mucha tensión hasta que llegó el tanto de Jardí», destaca el teniente de navío de la Álvaro de Bazán.
No obstante, la gesta del Racing desató finalmente la alegría en el puerto de Gydnia poniendo el broche a una tarde que será difícil de olvidar para los miembros de la dotación de la fragata. «Esperábamos poder disfrutar del éxito de la última navegación y poder acompañarlo de la celebración del ascenso del Racing y finalmente ha sido así», determina Garat.
Sobre lo que está por venir, el teniente de navío y fiel seguidor del equipo de su ciudad no duda en destacar lo ilusionante de la nueva etapa deportiva que se abre para el Racing. «Es éxtasis puro estar en Segunda División», subraya emocionado.
«A miles de kilómetros, nadie ni nada nos va a quitar la ilusión. Por el nombre glorioso del Racing sus colores sabréis defender. Vuestro lema será siempre el mismo: a luchar, a luchar y a vencer», arengaba otro de los miembros de la dotación en los momentos previos al partido a través de las redes sociales. Y es que, según indica Joaquín Garat prácticamente la dotación en pleno apoya al Racing. «Tenemos a unos cuantos que son racinguistas de toda la vida y se emocionaron visiblemente cuando ganamos y no era para menos», detalla el teniente de navío.
Y es que en la F-101 han seguido como han podido este último tramo de competición liguera y, a medida que la ilusión se apoderaba de la ciudad de Ferrol también lo hacía de la dotación de la fragata. «Algunos partidos los hemos tenido que seguir por la radio o la prensa, sobre todo si nos cogía en medio del mar donde la conexión no es tan buena, pero siempre hemos estado pendientes de alguna manera», detalla el teniente de navío de la F-101.
Regreso a casa
«A muchos aquí les duele enormemente no haber podido vivir el partido desde las gradas de A Malata, pero lo celebramos como se merece y la dotación quedó encantada de haberlo podido ver por televisión», ahonda Joaquín Garat sobre la experiencia del fin de semana.
La Álvaro de Bazán regresará a casa a finales del próximo mes y la hazaña racinguista sumará, si cabe, todavía más intensidad a ese momento. «Una vuelta a casa siempre es emotiva después de meses sin ver a la familia, pero hacerlo con el Racing en Segunda División le da un añadido importante», concluye el teniente de navío de la F-101. Un racinguismo sin fronteras que deja patente que lo logrado por el grupo dirigido por Cristóbal Parralo ha marcado a muchas personas que se encuentran lejos del hogar y que han encontrado en el equipo todo un vínculo con la ciudad, las grúas y el olor a mar.
Un modo, en definitiva, de sentirse cerca de los suyos independientemente de los kilómetros de distancia que los separan de casa.