El Burgos tumba al Obradoiro en la final del torneo de Vilagarcía

Pablo Penedo Vázquez
PABLO PENEDO VILAGARCÍA / LA VOZ

ANDAR MIUDIÑO

MONICA IRAGO

El San Pablo se lleva el tercer torneo EncestaRías tras ponerse por delante por primera vez en el marcador a falta de 24 segundos

17 sep 2017 . Actualizado a las 00:36 h.

El San Pablo Burgos se alzó ayer con el título de campeón de la tercera edición del Torneo EncestaRías ACB, derrotando con justicia al Monbus Obradoiro 79-83 en una apretada final donde los hombres de Diego Epifanio se sobrepusieron al desgaste de jugar su tercer partido en 48 horas, con el Real Madrid y el Joventut, este último con prórroga incluida, como doble prólogo.

Prometía el primer cuarto un partido explosivo como el del día anterior en la semifinal que midió al Obra con el Bilbao Basket. Con un 25-24 de parcial y el conjunto de Moncho Fernández ofreciendo un nuevo recital anotador, repitiendo el triple como trampolín (5/8), y Thomas volviendo por sus fueros con un 3/3. El acierto compostelano desde más allá del 6,75, de un 62,5 %, se extendía a todo su arsenal, convirtiendo el 66,7 % de sus lanzamientos de dos y los dos tiros libres de los que dispuso. Laksa, con un +3, disparaba al cuadro gallego en el 7,19, 25-18. Pero es que ayer el Obradoiro tenía delante a un rival capaz de mostrarle su reflejo. Con un muy elevado grado de efectividad en ataque (58,3 %, 40% y 100 % en tiros de 2, 3 y libres). Cierto es, con solo tres faltas entre ambos. Pero lo que había sido una orgía anotadora llegó a su fin en cuestión de 7 minutos. Tiempo muerto de Diego Epifanio, parcial de 0-6 de Burgos, y final a la fiesta.

Cierre de ventanas

A los de Moncho les empezó a costar, y mucho, encontrar aire para esos misiles de crucero que concentran la mayor parte de la potencia de fuego del nuevo proyecto obradoirista. Y por dentro tampoco se veía el camino al aro burgalés. Ni cuando el técnico gallego decidió estrenar a Pustovyi, estelar en la víspera frente al Bilbao. El San Pablo reafirmó la imagen de equipo sólido, consistente y solidario, que suple sus limitaciones con una inteligente ocupación de espacios atrás y una extraordinaria habilidad para abrir huecos cuando toca atacar. Con el base austríaco Thomas Schreiner dirigiendo con precisión cirujana al cinco burgalés, y el ala-pívot Javi Vega abriendo la cancha. Al descanso el Burgos no había sido capaz de ponerse todavía por delante, pero mantenía atado en corto a un Obra que veía sentarse a Pustovyi con 0 de aportación en casi siete minutos en cancha.

Con 40-35 la segunda parte arrancaba con Pepe Pozas marcándose por su cuenta un 5-0 que ponía la máxima ventaja del choque en el minuto 21, 45-35. El Burgos conseguía hacer la goma, con el destello fugaz de Dos Anjos, primero, y los triples de Vega después. Un robo de Sàbat y su costa a costa ponían sin embargo el marcador en franquicia para el Obra de cara al último acto: 63-56.

La fe cambia finales

Pero el San Pablo siguió derrochando en Vilagarcía esa energía desbordante de un equipo que se apresta a debutar en la ACB tras años privado por las restricciones económicas de la Liga pese a habérselo ganado varias veces en las pistas. Un mate de Thompson y un triple de López de salida advertían de que habría guerra hasta el final. El Obra pegó un nuevo pequeño estirón, pero se topó con que el pegamento en sus pies esparcido por el Burgos durante todo el partido había adquirido para entonces toda su consistencia.

Pustovyi, de tiro libre a 2,03, parecía encauzar las cosas, 75-69. Falso. Un triple de Barrera, elegido MVP del torneo, guio al cuadro de Epifanio al triunfo. Gailius empataba el choque con otro chuff de 3 a falta de 37 segundos, 79-79, y 13 después ponía a su equipo por delante por vez primera en el partido con dos tiros libres.

El Obradoiro tuvo en su mano rectificar el desenlace, mas Thomas hizo lo más inesperado, fallar un triple completamente solo. Schreiner cogió el rebote largo, y Barrera dio la puntilla sobre la bocina.