El Obradoiro cayó ante el Tenerife en un final polémico

Manuel García Reigosa
M. G. Reigosa LA VOZ / SANTIAGO

ANDAR MIUDIÑO

Álvaro Ballesteros

Concedió demasiados rebotes en su aro en un último cuarto, jugado a cara de perro

18 ene 2016 . Actualizado a las 10:21 h.

El Obradoiro peleó hasta el último segundo, pero esta vez se le escapó el partido. En parte, por no cerrar bien el rebote debajo de su aro en el último cuarto. En parte por un polémico arbitraje, sobre todo en la última personal que pita Munar sobre Richotti a falta de dos segundos, en una entrada a canasta, en uno de esos contactos que a veces se penalizan, a veces no. Lo indicó, y acto segundo no se atrevió a señalarle la técnica a Moncho Fernández, desatado en la banda. Minutos antes hubo un triple de Sekulic sobre la bocina, que pareció fuera de tiempo. Pero lo concedieron sin recurrir al instant replay.

El conjunto santiagués tuvo demasiados adversarios, empezando por sí mismo, porque atravesó fases de desconcierto, sobre todo en el segundo cuarto, que le costaron muy caras.

El partido demostró, una vez más, que el Obradoiro es lo que dicta su defensa. Cuando aprieta bien atrás, cierra los espacios y rebotea, el equipo vuela. Cuando se descose, es un púgil con mandíbula de cristal, salvo excepciones como el día del Andorra, en el que aguantó el tipo gracias a una producción de triples muy por encima de la media.

Álvaro Ballesteros

El partido comenzó muy bien para el colectivo de Moncho Fernández, que en poco más de cuatro minutos endosó un parcial 15-4 y obligó a Vidorreta a pedir tiempo muerto. Fue un engañoso coser y cantar. El Tenerife consiguió cerrar el primer cuarto solo cuatro abajo, 21-17. Y en el segundo, espoleado por la inspiración del base Devin White y un extraordinario acierto colectivo en el triple (siete de diez), abrió brecha.

Se fue al descanso diez arriba. Tras el descanso, el Obradoiro recuperó sus señas de identidad y Sar su componente más pasional. Desde la defensa, el equipo empezó a recortar. Creyó en la remontada, al igual que su afición. Y llegó a empatar.

El Tenerife encontró petróleo, otra vez, en los triples. Richotti, acostumbrado a dejar siempre una de chamba en Compostela, clavó uno a la media vuelta, sobre la bocina, contra tablero, sin poder esconder la sonrisa. Y Salva Arco, protagonista inesperado de la contienda, cerró el tercer acto con dos triples, uno al límite de la posesión, que le valieron a su equipo para encarar los últimos diez minutos tres arriba.

En el último acto el Obradoiro jugó siempre contra corriente. Le sobró fe y le faltó una pizca de fortuna, porque en los segundos finales se le salió un tiro libre a Caloiaro y otro a Triguero, tras una antideportiva a Abromaitis. No era su día y encajó la tercera derrota en casa.

Ficha técnica

82- Rio Natura Monbus Obradoiro (21+17+24+20): Donnie McGrath (15), Tyler Haws (2), Eimantas Bendzius (9), Angelo Caloiaro (17), Juanjo Triguero (11) -cinco inicial-, Alec Brown (2), Artem Pustovyi (6), Santi Yusta (-), Adam Waczynski (16) y Pepe Pozas (4).

84- Iberostar Tenerife (17+31+17+19): Rodrigo San Miguel (5), Nico Richotti (12), Javi Beirán (-), Tim Abromaitis (2), Blagota Sekulic (10) -cinco inicial-, Mamadou Niang (-), Will Hanley (9), Salva Arco (20), Ian O'Leary (11), Joseph Jones (2) y Davin White (13).

Árbitros: Miguel Ángel Pérez Pérez, Carlos Sánchez Montserrat y Pedro Munar. Eliminaron por acumulación de cinco faltas personales al local McGrath y al visitante Sekulic.