Roberto Places, el mago que convertía la rivalidad en amistad y gozó de las pequeñas cosas
OBITUARIOS
El boirense era el primogénito de la familia Places Silva, una saga estrechamente vinculada al sector mejillonero de Galicia
20 oct 2024 . Actualizado a las 18:29 h.Roberto Places Silva no le tenía miedo a nada, ni se lo tuvo a la muerte, a la que seguro que discutió la jugada trapera de llevárselo, de la misma forma que discutía las jugadas que perjudicaban (o él consideraba) a sus equipos: su amado Real Madrid, su querido Celtiña, su Cabo de Cruz, su Oasis FV Boiro-Pub Gavá o a su Club de Remo Cabo da Cruz...
Hace poco supimos que tenía un problema de salud serio, y fui de inmediato a Facebook, la plataforma en la que nos regalaba lecciones de vida, y allí estaba, confirmando la gravedad de su dolencia, pero prometiendo pelea, como hizo su padre, el inolvidable Pepito Places. «Intentaremos saír desta», me dijo, y nos juró, hace unos días, que seguiría luchando «hasta el final de mis fuerzas».
Roberto era el primogénito de la familia Places Silva, una saga estrechamente vinculada al sector mejillonero de Galicia y probablemente una de las primeras que se lanzó a comercializar el producto de sus propias bateas directamente y que extendió a otras variedades, creando una conservera que distribuía las marcas Places, Barraña, Meus Amores y Queridiña, y que tuvo fábricas en Cabo de Cruz y Porto do Son.
Roberto estuvo al frente de la división comercial y tuvo que soportar los peores momentos del sector, que se llevó por delante a la mayor parte de las pequeñas factorías, incluso las suyas. Pero él nunca le perdió la cara a la vida, disfrutando de las pequeñas cosas: del paraíso de la ría de Arousa que podía ver desde su ventana, de sus amistades, de su familia... e incluso de sus rivales futboleros, con los que tenía una virtud única, consistente en convertir sus diferencias en amistades, pues las discusiones no pasaban nunca del tira y afloja, y el insulto y la mala educación no estaban en su ADN, pero sí la capacidad de comunicar y ser querido.