«In memoriam» por Manuel Rivadulla y Fernando Tato, miembros de su equipo decanal (1984-89)
14 sep 2022 . Actualizado a las 23:44 h.Compartimos hace muchos años (1984-89) con Suso Otero su gestión en la Facultad de Medicina, y hasta hace poco tiempo rememoramos en su compañía los esfuerzos y dificultades que teníamos que afrontar en un contexto en el que se avecinaban cambios relevantes en la Universidad.
Formó parte de la excepcional saga de profesores e investigadores fisiólogos impulsada por Ramón Domínguez. Su visión tan actualizada como brillante de la medicina nos implicó en una gestión destinada siempre a la mejora de la docencia en la Facultad, intentando cambios que se amoldaran a los nuevos desafíos que suponían la aplicación de la Ley de Reforma Universitaria; fruto de ello, fue siempre su intento de atraer a los mejores profesionales de disciplinas médicas que era necesario reflotar, y así profesores como Juan Vidal, Jerónimo Forteza, Antonio Couceiro, entre otros, fueron llamados por Suso Otero para «rejuvenecer» en todos los sentidos la plantilla de la Facultad. Compartimos también su frustración cuando su proyecto estrella, la descentralización de la Facultad, no pudo acometerse en los términos que él había planteado a pesar de que contaba con el apoyo del equipo rectoral dirigido por Carlos Pajares, por motivos que algún día algunos tendrán que explicar. La paradoja es que hoy, 33 años después, estudiantes de nuestra Facultad están terminando sus estudios diseminados y «descentralizados» en los hospitales públicos de Galicia.
Sus últimos días fueron un modelo de racionalidad; asumió su enfermedad con la inteligencia que le caracterizó siempre, sabedor del poco tiempo de que disponía; tuvo tiempo de ordenar su biblioteca y sus recuerdos con una precisión que nos dejó asombrados. Esta semana íbamos a retomar nuestras visitas cuando nos llegó la noticia de su fallecimiento. Sentiremos su ausencia, pero nos queda un recuerdo imborrable de universitario enérgico, pragmático e inteligente.