«Cómo ve la sanidad un médico que ahora es paciente»

Salvador Serantes OBITUARIO

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José Manuel Moreno Moreno, en el centro de salud de Viveiro, en enero del 2015
José Manuel Moreno Moreno, en el centro de salud de Viveiro, en enero del 2015 PEPA LOSADA

Viveiro pierde al doctor José Manuel Moreno Moreno, médico de familia casi 45 años y apasionado de la fotografía, de la historia y de los libros

31 jul 2022 . Actualizado a las 19:58 h.

«Quiero contar cómo ve la sanidad pública un médico que ahora es paciente. Otra vez salgo del hospital, con las y los compañeros desbordados: poco personal, sobrecarga de trabajo que condiciona la capacidad y agilidad asistenciales...». Al otro lado del teléfono, una persona, un doctor con el bagaje de casi 45 años en primera línea de la medicina de familia, ayudando a curar o a sobrellevar problemas de salud a miles de mariñanos y visitantes.

De 1977 a 1988 fue la cara amable de la sanidad de O Vicedo, controlada entonces por un prescriptor de recetas, alcalde de la dictadura que acabó encarcelado en el 2001 por delinquir durante mandatos que revalidó en las urnas. Delicado aterrizaje para un joven con vocación, comprometido, defensor de la medicina pública y, por encima de todo, de las personas. Castellano de Valdeverja (Toledo), recién licenciado en Santiago de Compostela se encontró a un cacique en el trabajo y en casi todo lo que se movía en aquel pueblo.

Contaba emocionado cómo se las ingeniaba para ayudar a enfermos con más voluntad que medios, en sitios remotos y sin alternativas. Se curtió más de lo querría, pero optó por quedarse con lo vivido y lo aprendido. Allí nació una pasión por la fotografía que, además de exposiciones y proyectos, plasmó en un libro sobre O Vicedo y sus gentes, parte un extenso archivo que digitalizaba, sumándolo a las muchísimas fotos de su Viveiro, actuales las suyas, recuperadas otras.

Diferente, pero no mucho mejor, era la sanidad en el Viveiro al que se mudó a finales de los ochenta. Consultaban y hacían guardias en pisos de un edificio de la plaza de Lugo en cuyo bajo continúa una farmacia.

Sanidad desde los dos lados

Demostrada la precariedad, con gestión municipal se construyó algo más parecido a un centro de salud en Alonso Pérez, edificio ahora casi todo judicial.

Por un servicio público tan esencial, políticos locales con peso y miras y sanitarios reivindicativos hicieron posible el estreno en 1996 del actual ambulatorio, el de Lodeiro. Un antes y un después al que también contribuyó quien durante años combinó la medicina con la jefatura de atención primaria de Viveiro.

Especialista en medicina familiar y comunitaria, se entregaba procurando que las autoridades no escatimasen medios para cuidar la salud de sus convecinos. Su infatigable defensa de la sanidad de Viveiro y de A Mariña les consta a sus colegas y a las autoridades locales, territoriales, provinciales o autonómicas a quienes apeló en su dilatada trayectoria. Aceptó aplazar su jubilación y, cuando llegó la pandemia, se involucró con su característica generosidad, incluso después de retirarse en diciembre del 2020.

Son pinceladas de una relación de tres décadas, la explicación al inicio de este texto, un humilde hasta siempre al doctor y buen amigo Jose. Esta vez quedamos para hablar de «médicos que acabamos siendo pacientes, para explicarle a la gente cómo se ve la sanidad desde los dos lados».

Sobrellevar la enfermedad

No pudo ser. A José Manuel Moreno Moreno nos lo arrebató el 26 de julio del 2022 esta vida de ineludible final. El suyo comenzó con el balazo del primer tumor golpeando el cuerpo y el alma. Asumido que tocaba pelear, combatió con una entereza y una voluntad sobrecogedoras, confiando en la medicina, incluso cuando lo mejor sería no saber tanto como él, por formación, experiencia e interés. Sobrellevó tratamientos, pruebas e ingresos hospitalarios procurando sonreír y paseando los malos momentos por el Viveiro que tanto quería.

¡Cuántos mimos y cariño sintió! Proa al temporal, navegaba impulsado por su leal y amada esposa, Loli, buscando con todos los médicos que lo atendieron soluciones a los disparos que siguieron agujereando un navío apuntalado por sus hijos Irma, Sara y Álvaro, su joven nieto Roi, sus yernos y nuera Pablo, Guillermo y Cristina, sus pequeñas nietas Sigrid y Mencía, su madre, sus dos hermanos, sus cuñados...

Por y para Viveiro

Su cuerpo dijo basta antes de lo esperado. Un mazazo para quienes nunca olvidaremos su forma de ser y existir. Para la sociedad, queda su obra divulgada, marcada por su implicación en la sanidad y, en libros y hemerotecas, algunas de sus fotografías, su curiosidad por la historia... Imprimió su huella en generaciones de pacientes que atendió y es de justicia que también debería perdurar en las instituciones locales, provinciales y autonómicas con las que cooperó para mejorar la sanidad pública de Viveiro.

Volcado en la asistencia y divulgación sanitaria, este médico por convicción, viveirense de vida y de sentimiento y apasionado de la fotografía, canalizó algunas de sus inquietudes culturales e históricas desde el Seminario de Estudos de Terra de Viveiro, del que fue vicepresidente años. Bibliófilo, rastreó archivos hallando documentos sobre la historia de Viveiro, publicó investigaciones como la del impacto local de la pandemia de 1918, descubrió el documento sobre el triángulo masónico secreto de la ciudad y lo cedió para publicar...

¡Muchas gracias, Jose! Compartir contigo ha sido un privilegio, un regalo en este mundo que nos priva de ti demasiado pronto.