Muere Madeleine Albright, la primera mujer que lideró la diplomacia de EE.UU.

La Voz REDACCIÓN

OBITUARIOS

Lucy Nicholson | Reuters

Fue secretaria de Estado entre 1997 y el 2001 durante el mandato de Bill Clinton

23 mar 2022 . Actualizado a las 20:15 h.

Madeleine Albright, secretaria de Estado durante el mandato de Bill Clinton, como presidente y embajadora de Estados Unidos ante la ONU, ha muerto a los 84 años, informó su familia. Dura diplomática, tuvo que cabalgar con los tensiones más importantes de los años 90.

Nacida en Praga, en 1937, y descendiente de padres judíos, la joven Madeleine conoció dos veces el exilio. Su familia huyó de Hitler, tras la invasión de su país por los nazis. Posteriormente -concluida la Segunda Guerra Mundial- tuvieron que huir del régimen comunista. «Siempre he valorado el apego de las personas a sus raíces, porque yo sufrí el trauma de que me las arrancaran cuando era una niña», según informa Colpisa.

Durante su cargo como secretaria de Estado tuvo que involucrarse en las dos mayores crisis de política exterior de la década de 1990: los genocidios en Ruanda y la guerra de Bosnia-Herzegovina. De esta última destacó su papel para la consecución de los acuerdos de paz de Dayton. Posteriormente, intervino ante el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia, donde se convirtió en la personalidad estadounidense de más alto rango en declarar en La Haya, recordó los crímenes cometidos en Bosnia, los comparó con las atrocidades cometidas durante la Segunda Guerra Mundial y calificó como «repugnante» la superioridad étnica de los serbios.

Años después, la también exembajadora reconocía que nunca había entendido porqué su país declaró la guerra a Irak. Y es que siempre estuvo convencida de que «el problema estaba en Afganistán. Sadam Huseín era un torturador, pero no suponía ninguna amenaza».

En su libro de Madeleine Albright. Memorias. La mujer más poderosa de Estados Unidos, defendía que el ataque a Irak «fue una opción, no una necesidad». Ella defendía que Sadam Huseín «debería haber sido juzgado en un tribunal internacional, al igual que se hizo con Milosevic».