Muere Antonio Escohotado, apóstol del pensamiento libre

Miguel Lorenci MADRID / COLPISA

OBITUARIOS

MARCOS MÍGUEZ

Autor de la monumental «Historia general de las drogas», defendió la legalización de su consumo desde la máxima información

21 nov 2021 . Actualizado a las 17:33 h.

«La prohibición de las drogas irá muriendo poquito a poquito». Esto era una convicción para Antonio Escohotado (Madrid, 1941) el pensador, catedrático, ensayista, y apóstol del pensamiento libre y libertino fallecido este domingo a los 80 años, en Ibiza, isla y refugio al que quiso regresar cuando supo que el final estaba próximo. Por su osadía filosófica y vital creía Escohotado ser el primer repudiado por políticamente incorrecto cuando aún no existía lo políticamente incorrecto.

La monumental Historia general de las drogas es, sin duda, la obra más conocida de Escohotado, pensador de múltiples intereses, abogado, economista, y astrofísico, padre de ocho hijos, desencantado de la izquierda y librepensador por encima de todo. Es una auténtica enciclopedia, un clásico publicado por primera vez en 1989 en tres volúmenes con numerosas ediciones traducciones que amplió en sucesivas ediciones con la intención de «romper la estructura de la ignorancia sin hacer juicios de valor».

Una de las grandes pasiones de este profesor de Filosofía del Derecho, Metafísica y Sociología era adquirir conocimiento para difundirlo con el fin de que «la sociedad no nos manipule». Reconocido heraldo del consumo legal de las drogas, -«unas sustancias inherentes a la Tierra»- estaba convencido de que la prohibición morirá, como sucedió con la del alcohol tras la Ley seca en Estados Unidos. Decía que en su exhaustivo trabajo sobre estas sustancias «no hay ni una sola afirmación que no se fundamente a pie de página».

Hippie de primera hornada en Ibiza, desde su retorno a la isla se refugió en una modesta cabaña para afrontar con estoicismo e ironía su final. «Si la vida se despide, yo me despido antes», escribió, «¿Tú pataleas ante lo inevitable? Yo no», aseguraba en una de las conversaciones mantenidas durante meses para el libro Los penúltimos días de Escohotado.

Procuraba siempre «aprovechar los beneficios» de las sustancias que alteran la conciencia. «No las hay mejores ni peores, sino maneras juiciosas y maneras insensatas de consumirlas», decía. Por eso remarcaba que «queremos drogas sin efectos secundarios», afirmación que le llevaba a recordar que la raza caucásica «tiene unas enzimas capaces de asimilarlas mucho mejor que los africanos o los asiáticos».

Libertad responsable

Sosteniendo una cultura de «libertad responsable», defensor del aborto y el sexo libre, se enfrentó Escohotado con tirios y troyanos. «No hay que prohibir la droga o el aborto, lo que hay que hacer es educar a las personas con el máximo de conocimientos para que puedan ejercer su plena libertad», repetía este fumador empedernido, fundador de la discoteca Amnesia en Ibiza y defensor a ultranza de la libertad como la vía para desarrollar una vida en plenitud.

Con más de 1.500 páginas, 300 imágenes e información exhaustiva sobre todas las drogas descubiertas, tanto legales como ilegales, Escohotado escribió su Historia general de las drogas en la década de los 80, cuando estuvo durante un año preso en el penal de Cuenca condenado por tráfico de estupefacientes. Recoge una impresionante cantidad de documentación, con capítulos tan curiosos como el de las «descripciones literarias» de autores clásicos bajo los efectos de narcóticos y un sinfín de anécdotas históricas.

Cuando publicó en Anagrama su célebre Libro de los venenos -del que apenas vendió 500 ejemplares- dejó clara su postura. «Algunas drogas sirven para enfrentar a los hijos con los padres, y a los padres contra los hijos, yo ofrezco información para el autogobierno de las personas adultas». Según el editor Jorge Herralde, que le invitó a cambiar el título para llamarlo Aprendiendo de las drogas y vender 100.000 copias, la obra de Escohotado «evita caer en el tópico diálogo de sordos entre partidarios y detractores del consumo legal de drogas», y busca «ofrecer al lector un conjunto de materiales para que se forme su propio juicio».

Sabía Escohotado que «estamos rodeados de constantes guiños que nos incitan a consumir, a competir, a acumular, a crearnos servidumbres y falsas necesidades», cuando, según él, lo que habría que hacer es justamente lo contrario. «No se trata de pensar para averiguar qué es lo que nos falta, sino que hay que pensar para averiguar qué es lo que nos sobra».

Militante en su día de la extrema izquierda, fue comunista,«hasta que se fue filtrando lo que pasaba en la Unión Soviética» y se «decepcionó» con Cuba. «Comprendí que aquello no funcionaba, que en realidad no funcionó nunca», según confesó. En 1991 recibió el Premio Anagrama de Ensayo por El espíritu de la comedia, una particular visión del poder donde se identifica a los políticos con los bufones. Traductor de Hobbes, Newton, Marcuse, Hegel y Jefferson, fue también autor de Realidad y sustancia (1986), Filosofía y metodología de las ciencias (1987), El espíritu de la comedia (1991), Rameras y esposas (1993), Retrato del libertino (1998), Sesenta semanas en el trópico (2003), Frente al miedo (2015), Mi Ibiza privada (2019) o Hitos del sentido (2020).

Otro título fundamental en su bibliografía es la trilogía es Los enemigos del comercio (2008-2017), donde ahonda en las raíces del capitalismo a través del germen del comercio y describe sus altibajos desde los griegos y los romanos hasta la actualidad.

Siempre polémico en sus intervenciones, en su última entrevista en La Voz, en mayo del año 2020, habló de una de sus últimas obras, Los enemigos del comercio, pero también de cómo estaba afectando el confinamiento y la pandemia a la sociedad española. «Es increíble el caldo de cultivo para el autoritarismo que ha generado esta cuarentena. Por ejemplo, el Gobierno español quiere prolongar la inercia del pánico. Pero quieren alargarla porque son tan incompetentes, tan explosivamente ambiciosos en lo personal, no entienden otra cosa que no sea reforzar sus derechos adquiridos. Si algo ha conseguido el comunismo es una capacidad para agarrarse que solo tienen las garrapatas. Han generado tal sistema de penetración en el parasitado...». 

Entre los primeros políticos que han mostrado su pesar por la muerte de Escohotado está el portavoz nacional de Ciudadanos, Edmundo Val. «Recibo con inmensa tristeza la noticia del fallecimiento de Antonio Escohotado, referente español en mayúsculas de las ideas liberales, del civismo, del progreso. Mis condolencias a sus familiares. Honremos nosotros su memoria no dejando de leerle. DEP», escribía en su cuenta de Twitter. 

El economista Daniel Lacalle también dedicó unas cariñosas palabras en recuerdo a Escohotado. «Más que un amigo, un hermano. Brillante, divertido y generoso. Un ejemplo para todos de intelecto, compromiso y defensa de la libertad. Te echaré mucho de menos», publicaba. 

«Nos ha dejado mi querido y admirado Antonio Escohotado, uno de los mejores filósofos que hemos tenido en las últimas décadas. Además de un referente liberal, era sobre todo un hombre sabio y libre. Descanse en paz, maestro. Viva la libertad», escribía Albert Rivera.