Su vida profesional estuvo vinculada al Hospital Psiquiátrico de Conxo y fue miembro activo del club de Los Rotarios
22 jul 2019 . Actualizado a las 23:58 h.José Ramón Bermúdez Barreiro falleció este sábado en su casa familiar de la calle López Ferreiro, en Santiago, a los 95 años de edad. Directivo de la Confraría do Rosario, miembro activo del club Los Rotarios y representante vecinal, Bermúdez Barreiro, viudo de Mery Virgós Pintos, había trabajado en la administración del Hospital Psiquiátrico de Conxo. Hasta los últimos días disfrutó de la compañía de sus familiares y era feliz contándole a sus bisnietos historias de cuando él era joven.
Uno de sus nietos, Pablo Amenedo Bermúdez, presidente de la Asociación de Funcionarios del Corpo Superior da Administración da Xunta, explicaba recientemente a La Voz cómo disfrutaba con los viajes al pasado de la mano de su abuelo, que le hablaba con toda lucidez del «Santiago de antes», el que se ponía corbata y cuello duro en la camisa para ir a clase o para salir a pasear por la Rúa do Vilar.
Un Santiago «familiar»
En una entrevista en La Voz con motivo de la inauguración del parque de López Ferreiro, en 1992, el propio José Ramón Bermúdez expresaba su gusto por los tiempos en los que la vida en Santiago era «más familiar», de los paseos por las rúas del centro histórico en «donde nos encontrábamos todos y conocíamos a los estudiantes». En su barrio, el de la zona de López Ferreiro, no había, ni hay, asociación de vecinos, pero José Ramón fue durante décadas la referencia del Concello para conocer las necesidades del vecindario. Él lo atribuía a que era uno de los residentes más antiguos.
La Xunta de Confrarías de Semana Santa de Santiago expresó ayer su duelo por el fallecimiento de Bermúdez Barreiro, y recordó que durante más de setenta años desempeñó funciones de dirección y gestión de la Real e Ilustre Confraría Numeraria do Rosario.
El funeral se celebrará este lunes, a las cinco y media de la tarde, en la Capilla del Rosario (Bonaval) y acto seguido tendrá lugar el sepelio en el panteón familiar del cementerio de la cofradía. La capilla ardiente quedó instalada en el tanatorio del Hospital Clínico.