Renault Captur, guerra en el segmento de los SUV compactos

MOTOR ON

Javier Armesto / Jorge García

El nuevo modelo es 11 centímetros más largo y cuenta con un interior totalmente actualizado. La versión de gasolina de 155 caballos es rápida y tiene un consumo ajustado

19 ene 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El Renault Captur se ha convertido en uno de los pilares de la marca francesa, al unir el tirón de las carrocerías SUV con un tamaño compacto pero que deja bastante espacio para los ocupantes. La segunda generación ha llegado esta misma semana a los concesionarios y en Sobre Ruedas hemos sido de los primeros en probarla: la línea exterior se ha actualizado, el interior es mucho más atractivo y sigue teniendo detalles que lo hacen muy versátil, como la guantera o los asientos traseros sobre raíles.

El nuevo Captur mide 4,23 metros, once más que antes, y mantiene ese aspecto de gota de agua que hace que tenga unas formas muy fluidas. La parrilla se integra ahora mejor con los grupos ópticos, que son de led -tanto delante como detrás- en toda la gama. El capó tiene unas nervaduras más marcadas que antes y la línea inferior de las ventanillas se ensancha formando un listón cromado a la altura del tercer pilar. Otro detalle elegante es el aplique aerodinámico que hay entre los retrovisores y los pasos de rueda delanteros. Combinando el color de la carrocería con el del techo y el de los spoiler se pueden crear hasta 90 versiones diferentes.

JORGE GARCÍA

El interior ha experimentado una evolución espectacular. El salpicadero está presidido por una pantalla tipo tablet colocada en vertical, de manejo muy cómodo e intuitivo. Tiene 9,3 pulgadas y permite tener tres aplicaciones al mismo tiempo o ver la imagen de los mapas mucho más grande que en los navegadores con formato panorámico.

El volante, achatado ligeramente por arriba y por abajo, deja visualizar perfectamente el cuadro de instrumentos, con un panel digital de 7 pulgadas en medio que muestra diferentes vistas según el modo de conducción seleccionado. Opcionalmente hay un display de 10 pulgadas que ocupa todo el espacio. La consola central, dispuesta en dos alturas -Renault la denomina «consola flotante»-, tiene sendas bandejas para dejar objetos (una de ellas puede montar una superficie de carga inalámbrica) y la palanca de cambio de las versiones automáticas es de estilo avión, pequeña y manejable.

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Los acabados son los que se esperan de un fabricante europeo: buen ajuste de las piezas (únicamente distinguimos una pequeña holgura en el revestimiento del montante delantero izquierdo), zonas acolchadas en la parte superior del salpicadero, los reposabrazos y el interior de las puertas, y muchas molduras cromadas que le dan un aspecto distintivo. Se mantiene la enorme guantera estilo cajón y la fila de asientos traseros deslizante. En su posición normal deja espacio suficiente para que una persona de 1,80 metros de altura no toque con sus rodillas en las butacas delanteras. Si la corremos hacia delante, la capacidad del maletero se amplía de 377 a 455 litros. El piso de carga tiene una bandeja que se puede colocar en dos alturas, y debajo encontramos una rueda de repuesto tipo de galleta, que es opcional.

El motor más potente

Hemos conducido el Captur con el motor más potente, un gasolina de 1.300 centímetros cúbicos y cuatro cilindros que rinde 155 caballos. El coche acelera de 0 a 100 en 8,6 segundos, así que es bastante rápido y esto se nota especialmente cuando vamos en el modo Sport. Hay otros dos modos, uno Eco y otro que se llama Mysense y que permite modificar la fuerza de la transmisión, la dureza de la dirección y el estilo de visualización del cuadro de instrumentos. Los tres modos también permiten elegir distintos colores de la iluminación interior, el nivel de brillo e incluso activarla o apagarla por zonas, aunque es bastante suave y elegante.

El comportamiento dinámico del coche es correcto, con buena tracción y un apoyo óptimo a la entrada de la curva que nos hace encararla con seguridad. No puede evitar cierta inclinación y ello se debe a que es un SUV y a que el bajo peso, menos de 1.350 kilos, hace que no vaya más aplomado. A cambio, esa ligereza contribuye a la agilidad del vehículo y consigue un consumo medio de 6,2 litros a los cien, una cifra baja para un motor de gasolina. La altura libre al suelo es de 17 centímetros, suficiente para circular sobre zonas de campo irregulares, aunque con cuidado y a baja velocidad. La suspensión filtra bien sin ser especialmente blanda y la insonorización es elevada.

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Conducción autónoma de nivel 2

Nuestra unidad de prueba, cedida por Renault Caeiro, era la tope de gama Zen+. Incluye carrocería bitono, llantas de 18 pulgadas, barras en el techo, lunas traseras sobretintadas, tarjeta de acceso manos libres, arranque por botón, volante calefactable y retrovisor interior sin marco. Como extras llevaba el pack Full Parking (519 euros), que incluye aparcamiento asistido y cámara de 360 grados.

En el equipamiento de seguridad sobresale el asistente a la conducción autónoma de nivel dos, que coordina el control de velocidad de crucero adaptativo y el sistema activo de mantenimiento de carril. Además lleva frenada de emergencia, reconocimiento de señales, cambio automático de luces cortas/largas, detector de ángulo muerto y navegador con alerta por exceso de velocidad.

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Versiones GLP e híbrida enchufable

El nuevo Renaut Captur está disponible desde los 16.600 euros de su versión de gasolina de 100 caballos con acabado Life, y hasta los 25.500 del modelo que hemos probado. Hay otro gasolina de 130 caballos y dos diésel de 95 y 115. El gasolina de 155 caballos es un segundo más rápido que el de 130 y este último es a su vez un segundo más rápido en su versión automática que con la caja manual. El consumo en ambas motorizaciones es el mismo y alrededor de un litro y medio más que los diésel. Este año llegarán además un versión que funciona con gas licuado de petróleo (GLP) y otra híbrida enchufable.

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