Un coche de rali contra un kartcrós en un circuito, ¿cúal es más rápido?

DEPORTES

Lois Balado / Álex López-Benito / Iago García

La Voz reta a Antón Muiños y a Pablo García a carreras con karts, coches de ralis y kartcrós

11 dic 2017 . Actualizado a las 19:00 h.

Rugieron las gargantas antes que los motores. Cuando ambos alcanzaron la temperatura idónea, se disipó la niebla y se rompió el hielo, comenzó el mano a mano. Los dos últimos campeones gallegos de kartcrós, Pablo García el Cubano (el actual, nacido en Arteixo en 1985) y Antón Muiños (su antecesor, ahora piloto de ralis, carralés de 1993) se enfrentaron para La Voz en el circuito Choqueiro de Cea en un pulso con tres monturas. Este es el resultado del triple reto.

El reconocimiento

Del frío al susto, en apenas unos segundos. La helada y una niebla densa añadía un punto de peligro no deseado. «Parece un congelador», dibujaba el dueño del circuito. Finalmente, como por arte de magia, el sol se impuso y ambos pilotos se apresuraron a darle al contacto. Para Antón, tras una larga espera por su 208 R2, era su bautismo real con el coche, en un circuito que le traía buenos recuerdos, tras la última prueba del gallego de ralicrós del año pasado. «No tiramos la toalla», avanza.

MIGUEL VILLAR

Pablo advierte: «Hay hielo, pero hay por donde pasar. Las relaciones nos favorecen, pero a ver si no me hace correr más de lo que puedo. Aquí ya he ganado y empezó mi remontada». Los sustos aderezaron la jornada. «Con el coche de ralis, como las curvas son todas para el mismo lado y los reglajes son diferentes, pues...», matizaba Muiños. García se subió en frío a un piano y su coche se puso a dos ruedas. «Pude manejar la situación», resume. Ahora comienza lo bueno.

Kartcrós - Rali

Pelea inicial por las posiciones, pero gana el kartcrós. El Cubano, que no descarta ahora ampliar su experiencia en autocrós con otras categorías, calculaba que los 320 kilogramos de su kartcrós alcanzarían los 140 kilómetros por hora gracias a los 125 caballos de potencia que posee el vehículo. La zona de la curva rápida y la subida iba a ser la clave. La salida en parado penaliza al coche de ralis, pero para La Voz ejecutan dos salidas, una de ellas lanzada (para el coche de ralis).

A tres vueltas («hagamos una carrera de resistencia», pide Muiños entre bromas, sabedor de la mayor autonomía de su coche), el kartcrós tiene las de ganar. Se resiste el coche de ralis, ganando la posición ante un rival con menos cuerpo, pero más bullicioso. Pero finalmente, en un pestañeo en la zona elevada del circuito, Pablo García se las arregla para adelantar a Antón Muiños y, a partir de entonces, el pulso ya tiene dueño.

Kartcrós - kartcrós

Igualdad máxima entre los dos campeones gallegos. Tras la gentileza del piloto asturiano José Landeira al ceder su kartcrós, los deportistas aceptaron ampliar el reto a dos monturas más (también Antón llevó su kart). La pugna de los dos últimos campeones gallegos de autocrós con los coches de esta modalidad fue la más igualada. Sin margen para el error desde la primera curva, fue el campeón del 2016 (Muiños) el que se puso por delante para no ceder hasta la línea de meta.

Kartcrós - Kart

Los pronósticos se matizan ante un kart muy favorito. Para los neófitos, el kart no tenía nada que hacer. Para los iniciados, la apuesta a caballo ganador era más que segura: doblaría al kartcrós antes de terminar la carrera a tres pasadas. Sin embargo, desde el banderazo de salida, los matices se impusieron. Ni el kartcrós se dejó meter mano tan fácilmente, ni el kart pudo pegar un acelerón tal que pudiese romper la carrera a las primeras de cambio.

Durante dos vueltas, la lucha fue encarnizada y solo en la tercera, y por escasa diferencia, Antón Muiños (que manejaba su kart) se impuso a Pablo García, a bordo del Semog con el que se proclamó campeón gallego de kartcrós. En línea de meta, apretón de manos y miradas desafiantes. ¿Habrá revancha?

«Habrá que pagar la cena a medias»

Su abuelo Antonio, ya apodado el Cubano por su pasado emigrante en la isla caribeña, fue el que introdujo el fútbol en Loureda fundando el Campanal. Su padre era futbolista, pero también le apasionaban las carreras. Su cuñado Alberto Riveiro es uno de los grandes del autocrós gallego. Y Pablo (también el Cubano) se quedó en los circuitos. Vivió el automovilismo entre bastidores. Hasta que completó su primer autonómico de kartcrós, al volante de un Semog. Y lo ganó. Fue este año, como sucesor de Antón Muiños, su rival en el reto propuesto por La Voz. «Era más bien un pasatiempo, pero se puso de cara. Ahora valoraremos hacer el Nacional. Hay que echarle horas y vives sinsabores, pero compensa», analiza Pablo García. El animado pulso del circuito Choqueiro puso el colofón.

Antes del pulso, parecía tenerlo claro: «Entre un coche de ralis y un kartcrós, yo creo que Antón lo tiene complicado, pero quizás dé la sorpresa. Que le ponga lo que le tenga que poner al coche. Y si nos jugamos una cena, pues nos la jugamos». Antón Muiños, recogió el guante sin titubear. «El campeón gallego se merece todo el protagonismo», bromea. «A no ser que se meta en la tierra y yo apure por el asfalto no habrá sorpresa. Es más ligero, su paso por curva y sus cambios son más rápidos», avanza. «Si vamos en paralelo puedo tener opciones. El suyo es un coche de tierra y el de ralis está preparado para absorber las imprecisiones de la carretera. Como un circuito es el escenario ideal, él parte con ventaja», analiza.

Tras las carreras en el Choqueiro, se suavizaron las formas (nunca hubo aristas, la verdad). «Vinimos a pasarlo bien, fue un momento entretenido. Pero habrá que pagar la cena a medias», dice Muiños. «El coche de ralis es más pesado y va más cerrado en curva, tuve que guardar las distancias. Si te pones delante, tapas los interiores y se le complica adelantar», resume. Pablo añade: «No podía acercarme demasiado. Yendo detrás, sacrificaba mi entrada en curva y tuve que controlar con el freno». «Aunque le tocó a él la pole», bromeaba Pablo, antes de analizar: «Con los dos kartcrós ya fue más igualado, pero sin arriesgar ni tocarse es imposible adelantar si te ganan la posición». Antón dijo sentirse más cómodo en el kartcrós. «Pero con el kart me dije: ‘Tengo que volver a entrenar a esto’».

El circuito Choqueiro, en Ourense, un referente del sur

Mil metros de trazado como columna vertebral de uno de los circuitos de referencia en el sur de Galicia, con una superficie total de 45.000 metros cuadrados. Cea acoge el Choqueiro, regentado por Jesús Vázquez. Uno de sus puntos fuertes es la versatilidad (además de propietarios de todo tipo de vehículos a motor, demandan su alquiler organizadores de eventos como bodas, catering... para lo que se instalan carpas y se adapta el espacio).

Unas gradas de tierra y el proyecto de un aparcamiento y un edificio mejorado completan el Choqueiro, que cumplió su séptima temporada (habiendo acogido cinco pruebas de autocrós y una de ralicrós, además del autonómico de karting). Con el asfalto como superficie predominante, posee una variante de 300 metros de tierra. «Tratamos á xente o mellor que podemos», dice Vázquez, que se enorgullece de las quedadas internacionales para amantes de las dos y de las cuatro ruedas. «Hai afición, non cabe dúbida, de xeito que un recinto así é necesario», concluye el propietario del circuito que acogió el reto de La Voz.