Así se «tortura» al nuevo Porsche Cayenne

Javier Armesto Andrés
Javier Armesto REDACCIÓN / LA VOZ

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MANUEL HOLLENBACH

La tercera generación de este SUV «premium» nace después de 4,4 millones de kilómetros de pruebas en condiciones que van desde 45 grados bajo cero a más de 50 grados centígrados

05 sep 2017 . Actualizado a las 14:03 h.

La tercera generación del Porsche Cayenne, un SUV premium del que se han vendido más de 760.000 unidades desde el 2002, se presentó el pasado 29 de agosto con un nuevo rediseño que afecta al chasis y el sistema de propulsión, así como el concepto de pantallas y controles. Para incrementar el compromiso entre deportividad y confort que caracteriza a este modelo, la marca alemana lo sometió a condiciones extremas en varias pruebas realizadas en distintos puntos del planeta.

Este proceso incluyó duros test de resistencia en bancos de impulsos, una instalación de pruebas hidráulica que aplica vibraciones artificiales tanto al chasis como a la carrocería. También se hicieron pruebas de estabilidad en campo y carretera, realizadas en el Centro de Desarrollo de Porsche en Stuttgart. En estas pruebas, la vida del vehículo se simula en condiciones de especial dureza, una utilización que es poco probable que se le dé al coche cuando pase a manos del comprador. En pocos meses y con probadores que se van turnando, los coches cubren más de 240.000 kilómetros en situaciones cotidianas de tráfico urbano, en carreteras comarcales y en autopistas.

Para estos exámenes se usaron los circuitos de Hockenheim y Nürburgring-Nordschleife, en Alemania, así como los 12,6 kilómetros de la pista de alta velocidad de Nardò, en Italia. Pero los materiales, sensores y electrónica del vehículo tuvieron que demostrar su calidad y durabilidad en diferentes condiciones climáticas, como a más de 50 grados en las dunas de arena de Dubai y en las polvorientas pendientes del Valle de la Muerte (EE.UU.); o a menos de 45 grados bajo cero en el hielo y la nieve de Alaska. El Cayenne también debió resistir los arranques y paradas de tráfico en las condiciones de calor y humedad de las ciudades chinas y las pruebas en los circuitos de Suecia, Finlandia y España. Asimismo se transportaron unidades a Sudáfrica, Japón y Nueva Zelanda para completar otros exigentes test en campo y carretera. En total, los vehículos de preserie completaron un total de 4,4 millones de kilómetros.