Desde que el Ópel Ascona de Chano Carrera se impusiese en la primera edición del Rally Ría de Noia, allá por 1984, la carrera más genuina de la automoción barbanzana ha ido ganando raigambre en el ambiente del motor galaico. A juicio de Luis Penido, integrante de la escudería AR Vidal Rácing, el trazado de la prueba noiesa y la gran afluencia de público que registran las cunetas para presenciar los diferentes tramos son dos grandes atractivos para los pilotos. El compostelano valora la etapa de San Finx como la más espectacular: «Un punto ratonero y estrecho, aunque también cuenta con zonas veloces, como el de Outes-Freixo, en el que la niebla puede hacer acto de presencia», advierte el piloto. A su paso por Lesende, los corredores tendrán que bregar con un asfalto previsiblemente deslizante, mientras que en el de Montemuíño los cambios de ritmo serán la tónica.