Rali de A Coruña: De West Essex a la glorieta de Boedo y Bribes

MOTOR GALLEGO

ángel manso

La carrera bate su récord de asistencia con aficionados de todas las procedencias

03 mar 2019 . Actualizado a las 11:00 h.

El rali de A Coruña es universal. Y, pase lo que pase, ya nunca será como los demás. El crecimiento exponencial que ha vivido la prueba en su última etapa no tiene parangón. La glorieta de Boedo es el auténtico ojo del huracán automovilístico que suponen las más de cincuenta mil personas que acuden fieles con su cita, como en la jornada de ayer, con las cunetas de las carreteras de la comarca. Y el comportamiento es ejemplar. La única incidencia registrada y relacionada con la afición fue la evacuación de un espectador en el primer tramo debido a un amago de infarto.

Cuando hubo que retirar motocicletas estacionadas de un modo potencialmente peligroso para los pilotos, la respuesta a la petición de la organización fue inmediata. Por eso, Álvaro Muñiz en persona, recorrió el tramo Arteixo - Culleredo - Laracha agradeciendo gestualmente y apeándose del coche el apoyo del público. El responsable de la escudería organizadora, One Seven, fue ovacionado.

Eran muchos los portugueses que se reunieron en la ya mítica glorieta de Boedo, algunos con sudaderas de Iván Ares. La aglomeración era tal que el tren saludaba sonoramente a su paso. Pero para estruendo, el de la multitud al paso del Peugeot 306 Maxi de Manolo Senra. «Cómo va, cómo va», exclamaban desde la cuneta los mismos que después apuntaba: «Unos trompean y a otros se les va». El Ford Sierra de Marcos Díaz y el Marbella de Conchado también tuvieron su momento de gloria. Dani Vázquez (con la dedicatoria a su fallecida madre en su BMW 318) también recibió el cariño del público.

En Bribes, en el reagrupamiento para comer antes de los tramos vespertinos, el ambiente no era menos intenso. Iván Raña despertó pasiones y fueron testigos Matthew y Nicole Villar, que viven en West Essex (Inglaterra) y aprovecharon para disfrutar del rali de A Coruña. «Es impresionante. No nos lo esperábamos en Galicia, la verdad. Estoy muy contento de que haya coincidido así y volveremos a propósito el próximo año», afirmaron.

Iván Campelo y Antía Blanco llevaban años siendo habituales de los ralis, así que aprovecharon que este pasaba casi por la puerta de su casa para echar un vistazo a los bólidos en Bribes. Ya en ese momento apostaban por la victoria de Iván Ares. Acertaron.