Carolina Espadas: «Al volante, ni Carolina ni Carolino»

Pablo Gómez Cundíns
pablo gómez A CORUÑA / LA VOZ

MOTOR GALLEGO

Única piloto inscrita en el Rali de A Coruña
Única piloto inscrita en el Rali de A Coruña Cedida

Conductora de un camión de bomberos, debutará en los ralis con la ferrolana Fátima Macías como copiloto, siendo la única mujer inscrita en el Rali de A Coruña

23 feb 2018 . Actualizado a las 17:00 h.

Y con el número 110, Carolina Espadas. La única piloto entre los 111 participantes del rali de A Coruña que rugirá desde el viernes por la noche. La de Carolina (Madrid, 1977) con los deportes de motor es una historia de arrojo romántico. Lo fue cuando participó en una prueba de resistencia del Campeonato de España de motos de agua y lo será este fin de semana, cuando debute al volante de su Suzuki Swift Sport, al que apenas se ha subido un par de veces hasta ahora.

«Parece una locura, lo sé», asume esta bombera, que junto a su marido Roberto (también bombero) regenta una academia de oposiciones al cuerpo en el que trabaja, que además hace las veces de patrocinador de múltiples deportes, entre ellos, los ralis de tierra. «Yo acudía a apoyar a nuestro patrocinado, y me picó el gusanillo», resume. Acto seguido, busca argumentos: «Soy bombera conductora, mi padre tiene dos talleres concesionarios de camiones y mi hermano tiene bastante nivel en competición con motos de agua, así que me dije: ‘Nunca probé los ralis, pero creo que se me daría bien’».

Dice que sintió el apoyo de su esposo y sus hijos (de tres y cinco años) y se lanzó a la carrera. Bucearon en Internet, se informaron en el Jarama y al fin encontraron un vendedor en Asturias. «Me cuadraba el precio, y el modelo para la copa Suzuki... así que allá fuimos con un carro. Somos así», relata.

Siguiendo un orden crono-ilógico, primero compró el coche y después le comentó a su padre si podría encargarse de la asistencia en carrera. «Me dijo que no tenía ni idea de coches de ralis. Pero le contesté que tampoco de motos de agua y al final acabó haciéndole la asistencia a mi hermano. Aceptó, claro», cuenta.

Confiesa que en noviembre comenzó a hacerse una composición de lugar, con motivo de su visita al Jarama: «‘Madrecita de mi vida, lo que hay que montar aquí. Dónde nos hemos metido’, me dije». «No somos ricos, compramos las cosas con nuestro dinero, y hemos hecho el stand con nuestras manos. Incluso adaptamos a nuestra imagen el camión que le compramos a David Grandal», explica mientras hace cuentas y asume que este deporte es inviable sin un patrocinador principal.

 Con todo, Carolina estará en María Pita en la noche del viernes. Y no estará sola, sino que le acompañará el factor Galicia por partida doble. Dentro del coche, será en la persona de su copiloto, la ferrolana Fátima Macías. Antes, recibió la valiosa ayuda del laureado copiloto Cándido Carrera en forma de puesta al día en técnica de competición. «A Fátima llegué por casualidad. Cuando fui al Jarama, un amigo de Roberto que corría la Copa Clío nos puso en contacto con ella, porque le pedí el teléfono de la mejor. Es súper seria y responsable. Estaba corriendo con su padre, y pensé que diría que no. Pero dijo que sí. Y ella fue la que me puso en contacto con Cándido Carrera», relata.

Ambos fueron pilares en este inicio de la madrileña en los ralis. Le preguntaron: «¿Qué tienes para empezar?», a lo que ella respondió: «El coche, pero nada más. Del resto, ni idea de nada». Carolina Espadas aprendió rápidamente, visitó Galicia por vez primera para el reconocimiento de los tramos la pasada semana y el rali de A Coruña será su test para la Copa Suzuki en el Nacional. «Sé que soy la única mujer y me da igual. Una vez compitiendo, ni Carolina, ni Carolino. Pero no saldré como una loca, sino a coger experiencia», avanza antes de zanjar: «No tengo ni patrocinador y sé que lo necesito. Como tengamos una avería, ya se complica. ¿Que suena pretencioso? Pero es que ya que estoy aquí...»