Gabriel Marcelli apunta alto en el Mundial

j. ares / l. garcía VIGO / LA VOZ

MOTOR GALLEGO

El piloto de O Rosal, que en invierno se mudó a Cataluña, ha ganado dos pruebas del circuito en la categoría de TR2 y tiene a tiro de piedra el liderato

01 jul 2017 . Actualizado a las 16:35 h.

A golpe de finales de junio, la mayoría de los chavales de 17 años están pensando en las vacaciones de verano. Las de Gabriel Marcelli, sin embargo, tendrán que esperar. En su día a día conviven los libros con las motos de trial y los podios. Ni siquiera ha alcanzado la mayoría de edad pero ya sabe lo que es ganar dos pruebas del Campeonato del Mundo de TR2, la segunda categoría de la disciplina, y su nombre suena con fuerza para acabar el curso como campeón. Por lo de pronto, él se limita a celebrar su último éxito, la victoria en Francia del pasado fin de semana.

«Estoy muy contento con el triunfo en Lourdes. Me salió una buena primera vuelta en la que llovió un poco y la superficie estaba bastante resbaladiza, con lluvia me sentí beneficiado. En la segunda apareció el sol y fue más sencilla, pero supe administrar la ventaja que llevaba», comentaba ayer el piloto de O Rosal.

Desde muy pequeño, en Marcelli se adivinaban unas cualidades extraordinarias para entender lo que debía hacerse en cada momento encima de la moto. El curso pasado fue campeón de España en categoría júnior, ganó el autonómico imponiéndose en todas las pruebas y debutó en el Mundial con un podio en TR2. Pero para impulsar su prometedora carrera debía dar un paso más. Y lo hizo. En invierno se marchó a vivir a Cataluña y, por lo visto hasta el momento, la decisión fue la correcta.

«Galicia es un paraíso para el trial, en verano tienes terreno seco y en invierno, mojado, el problema era que entrenaba solo y eso era un obstáculo para mi crecimiento», explica Marcelli. La campaña anterior, en su primera aproximación al Mundial de TR2 conquistó un podio y acabó décimo cuarto. Este ya ha ganado dos pruebas y, con media temporada por delante, todo indica que acabará dando el salto al liderato de la general, del que solo le distancian diez puntos. 

Sin presión ante los retos

En su segundo año en el circuito mundialista, Marcelli, a lomos de su Montesa y formando parte del equipo de la Federación Española, hará todo el campeonato. La prueba más lejana que le espera es la de Estados Unidos y ya sabe que acudirá. Eso le garantiza, como mínimo, poder pelear por su primer título mundial. Pero aunque el piloto de O Rosal sabe que es posible, también alerta de la igualdad que domina la competición. «Esta es una categoría muy difícil porque es muy reñida y cada error hace que retrocedas puestos. No puedo relajarme porque el más mínimo fallo te hace perder puntos en la general».

En quince días, en Gran Bretaña, buscará su tercera victoria parcial, pero hasta entonces seguirá entrenando en Cataluña, corrigiendo detalles y creciendo. En agosto se tomará un par de semanas libres, pero ni para entonces dejará de lado la moto.

«Yo tengo 17 años y en mi categoría compito a diario con gente de más de 20»

Sobre la moto de trial Gabriel Marcelli es feliz. Ni siquiera el accidente que sufrió entrenando y que le obligó a pasar dos veces por el quirófano le ha restado un ápice de pasión por su deporte. De hecho, cuanto más difícil se lo ponen, más rinde. «La mía es la segunda categoría de trial y en ella pueden participar pilotos de 16 años en adelante. Yo tengo 17 y compito a diario con gente de más de veinte años», dice el rosaleiro, único piloto del circuito que ya ha ganado dos pruebas del Mundial de TR2 este año.

Marcelli ha tenido que remontar posiciones en más de una carrera esta campaña y lo ha hecho. «En Andorra, por ejemplo, no empecé nada bien. En la primera vuelta, hasta la mitad, iba bastante mal, conseguí centrarme, hice segunda vuelta magnífica y pasé de décimo a cuarto». Su carácter competitivo le está ayudando a hacerse un nombre en una disciplina muy reñida y exigente.

«Durante el curso tenía gimnasio lunes y viernes, y martes, miércoles y jueves entrenaba, dejando los fines de semana para competir o entrenar más. Ahora, al acabar el instituto, tengo más tiempo para dedicarle a la moto», relata. Gabriel está forjando a base de esfuerzo un camino cuya meta es ser campeón del Mundo.