Mujeres trabajadoras en el mar: impulsoras de la innovación azul
MERCADOS

Cada 18 de mayo se celebra el Día Internacional de las Mujeres en el Mar, promovido por la Organización Marítima Internacional (OMI). Es una oportunidad para reconocer la deuda histórica de Galicia, y muchos otros lugares, con las mujeres que han trabajado y cuidado silenciosamente el mar, también para reflexionar sobre el presente y futuro de las profesionales que pueden y deben romper estereotipos en el sector marítimo.
Aunque es posible que en pocos años las nuevas generaciones hayan olvidado a las mariscadoras, mi generación las recuerda como una parte esencial de Galicia, un símbolo de tenacidad y esfuerzo. Las trabajadoras del mar, han dado paso a un grupo más heterogéneo en términos de género, lo cual supone también un camino hacia la igualdad. Las mariscadoras han formado parte de la ría como recolectoras a pie. Más del 95 % de esta actividad tradicional era realizada por mujeres hasta la regulación de los años 60, que introdujo cuotas y mecanismos de modernización que protegieron los recursos marinos, al tiempo que fueron incorporando a los hombres a este sector.
Según el informe Advancing towards gender equality in fisheries and aquaculture de la FAO, en el 2022 las mujeres representaban el 28 % de la mano de obra en el subsector de acuicultura, el 18 % en la pesca de captura y hasta un 62 % en el procesamiento de productos pesqueros. Hoy, las mujeres acceden a ocupaciones cualificadas: ingenieras navales, oficiales de puente, inspectoras de calidad, gestoras portuarias o investigadoras marinas. La encuesta Women in Maritime 2024 de la OMI y WISTA (Asociación Internacional de Mujeres en el Transporte Marítimo y el Comercio) revela que, aunque solo el 1 % de la tripulación global en alta mar es femenina, ya suponen el 19 % del personal de las autoridades marítimas nacionales y el 16 % en el sector privado en tierra. Al mismo tiempo, emergen sectores con creciente presencia de mujeres, como los servicios de descarbonización, cumplimiento ESG y formación marítima, donde sus aportaciones impulsan la innovación y la sostenibilidad.
El reto inmediato es aprovechar este impulso para consolidar carreras y liderazgos: mentorías, becas técnicas y políticas de cuotas en mandos intermedios y juntas directivas son medidas urgentes. Según la propia OMI, «debemos redoblar esfuerzos para fomentar un sector marítimo verdaderamente diverso e inclusivo». En la misma línea, la FAO recomienda integrar la perspectiva de género en todas las políticas de pesca y acuicultura, garantizando el acceso igualitario a créditos, tecnologías e infraestructura portuaria. Ejemplo es el de Ragnhild Jesica Bjella (publicado en el 2018 en The Fish Site); buceadora comercial y trabajadora en la industria del salmón en Noruega, quien, a pesar de haber compartido lugar de trabajo con los tiburones en más de una ocasión, sigue airosa desempeñando tareas técnicas en el mar, en ese espacio que ahora encuentran las mujeres en sectores tradicionalmente masculinos. Sirva la conmemoración del Día Internacional de las Mujeres en el Mar para honrar a las mariscadoras de Galicia —legado vivo desde hace siglos—, para impulsar la visión global del trabajo en el mar, donde la igualdad sea fuente de prosperidad y resiliencia oceánica, así como para forjar un sector en el que mujeres y hombres compartan por igual responsabilidades y oportunidades.