El segundo mayor banco italiano ha dado los primeros pasos de una operación que puede llevar a una gran fusión bancaria transfronteriza
06 oct 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Hace más de veinte años que el Banco Central Europeo (BCE) defiende las fusiones bancarias transfronterizas en el marco de la creación de un único mercado de servicios financieros en la Unión Europea sin discriminación de nacionalidad. Es una bandera que el organismo que preside Christine Lagarde no ha dejado de enarbolar en estas dos décadas y que el propio vicepresidente, Luis de Guindos, trajo a colación el pasado 20 de septiembre en una entrevista con el diario portugués Expresso, en la que manifestó que la consolidación transfronteriza es importante para mejorar la valoración de los bancos y la eficacia del sector, por lo que el BCE espera que siga avanzando a corto plazo.
Estas declaraciones llegaron solo nueve días después de que UniCredit, el segundo mayor banco italiano, anunciara mediante un comunicado su irrupción en el capital de Commerzbank con la compra del 9 % de sus acciones, convirtiéndose en el segundo accionista de la entidad alemana, por detrás del Estado germano.
Para reforzarse en Commerzbank, UniCredit se valió del interés del Gobierno alemán de reducir su participación del 16,5 % en el cuarto banco más grande por activos totales del país, que tenía desde su rescate en el 2009. UniCredit compró a Berlín un paquete del 4,49 % del capital y un porcentaje similar lo adquirió en el mercado.
Pero la transacción se desveló acompañada de intenciones más ambiciosas. UniCredit dijo que solicitará al regulador una autorización para aumentar su participación en Commerzbank por encima del 9,9 % cuando sea necesario. El mercado lo interpretó como tambores de una operación corporativa de calado, lo que quedó reflejado en el movimiento de las acciones de Commerzbank que se dispararon un 16,5 % en la sesión bursátil del 11 de septiembre.
Con el paso de los días se ha ido perfilando que el objetivo final de UniCredit sería una fusión, según ha dejado entrever su consejero delegado, Andrea Orcel, que aterrizó en el banco italiano en la primavera del 2021 tras abandonar UBS en el 2018 para fichar por Santander, sin que esta incorporación se llegase a materializar por desavenencias que acabaron en los tribunales.
UniCredit pretende subir su participación en Commerzbank hasta el 29 %, a fin de tener la posibilidad de diálogo continuo tanto con la institución como con las demás partes implicadas. Y Orcel ha declarado que una fusión de ambos bancos podría conducir a un valor añadido significativo para todas las partes interesadas y crearía un competidor significativamente más fuerte en el mercado bancario alemán.
Se ha sabido, por otro lado, que UniCredit ha utilizado derivados que le permitirían aumentar su participación en Commerzbank desde el 9 % al 21 % sin notificárselo al Gobierno alemán. Esto le convertiría en el primer accionista y abriría la posibilidad de una oferta pública de adquisición (opa).
Esto ha caído mal en Berlín y la tensión ha ido en aumento. «La mayor preocupación del Gobierno alemán es que esta operación pueda suponer un enfriamiento del crédito en un momento de debilidad económica, ya que se trata de uno de los bancos más grandes del país y una de las fuentes de financiación más importantes. A pesar de que las autoridades germanas tienen poderes limitados para intervenir, el Ejecutivo ha manifestado su oposición a cualquier adquisición de Commerzbank», comenta Joaquín Robles, analista financiero.
Tampoco es del gusto del sindicato Verdi ni del comité de empresa del Commerzbank, que han pedido al Ejecutivo federal que evite una posible adquisición. De momento, el Gobierno que pilota Olaf Scholz ha decidido no vender más acciones de su paquete del 12 % que continúa controlando, lo que los analistas entienden como un intento de blindaje del banco germano.
¿Tiene posibilidades de llegar a buen puerto entonces esta incipiente idea de integración promovida por el gigante italiano?
Las espadas están en alto y la salida no es evidente, según los expertos. Para Alessandro Boratti, analista de instituciones financieras de Scope Ratings, la adquisición de Commerzbank es «improbable» sin la aprobación del Gobierno alemán y se muestra escéptico sobre la posibilidad de un intento inmediato de adquisición. «UniCredit ha indicado que la mayor parte de su exposición económica —la directa del 9 % y la que tiene a través de derivados— está cubierta, lo que le proporciona flexibilidad para mantener o aumentar su participación o venderla con un límite a la baja. Dado que el Gobierno alemán ha criticado abiertamente la actuación de UniCredit, este enfoque prudente parece sensato. Aunque las fusiones pueden crear valor, sobre todo a través de sinergias de costes, las operaciones hostiles pueden erosionar cualquier beneficio, especialmente cuando se enfrentan a la resistencia tanto de la empresa objetivo como de su Gobierno», comenta.
Robles cree, por su parte, que lo más probable es que esta operación siga adelante ante la dificultad de las autoridades alemanas para frenarla y el gran interés de la entidad italiana por expandirse. «Lo que queda por ver es si finalmente será una compra por parte de UniCredit o una fusión entre ambas entidades», dice.
Reconoce que el gran problema de esta operación es político, ya que los dirigentes alemanes lo ven como una posible amenaza, al ser el segundo banco cotizado más grande del país por detrás de Deutsche Bank y una de las principales fuentes de financiación para las pequeñas empresas. Pero considera que esta operación tiene a su favor el hecho de que cuenta con el respaldo del BCE, que lleva años defendiendo la necesidad de una mayor consolidación bancaria. «Las dificultades para finalizar el proceso de unificación bancaria en Europa han entorpecido este tipo de operaciones transfronterizas, por lo que una posible compra o fusión podría servir de referencia para el resto de entidades. Precisamente una de las debilidades de la banca europea frente a la americana era el tamaño de las entidades», argumenta.
Boratti sostiene también que la estrategia de UniCredit podría ser la de «esperar y ver qué pasa, quizá buscando el apoyo de instituciones europeas como el BCE, que se ha mostrado más dispuesto a apoyar la consolidación transfronteriza». Refiere que el informe de Mario Draghi sobre el futuro de la competitividad europea ha sido la publicación más reciente en la que se aboga por actores paneuropeos más grandes para contrarrestar el dominio de los bancos estadounidenses en varios segmentos del mercado bancario europeo. «UniCredit también podría intentar suavizar la oposición política, por ejemplo, creando una estructura de sociedad de cartera cotizada en Alemania», añade.
En todo caso, el experto de Scope Ratings afirma que la adquisición de Commerzbank por UniCredit no constituiría una operación transfronteriza clásica, pues la justificación financiera se basaría en las sinergias derivadas de una fusión nacional entre Commerzbank e HypoVereinsbank, la filial de UniCredit en Alemania. «Seguimos creyendo que la racionalidad de la consolidación nacional pesa más que la de las grandes operaciones internacionales. Sin la plena unión bancaria europea, las limitadas sinergias de capital y financiación seguirán restringiendo los beneficios de las operaciones transfronterizas, que también ofrecen menores beneficios en ingresos y costes», concluye.