
La empresa lucense Galician Country Homes, de la mano de una compañía británica, ha comenzado a operar con este sistema, que garantiza un precio mínimo al vendedor
08 may 2023 . Actualizado a las 12:45 h.Rosy Costoya y Mark Adkinson fundaron hace años Galician Country Homes, una inmobiliaria singular especializada en vender propiedades en Galicia y el noroeste de la península a una clientela sobre todo extranjera. En su currículo destacan la venta de aldeas, pazos o viñedos. Propiedades especiales a las que el matrimonio busca también una clientela especial. Su máxima, desde el inicio, fue huir del mercadeo y conseguir el mejor precio para sus vendedores, siendo justos también con los compradores.
El modelo de trabajo de Galician Country Homes lleva años dando frutos y ahora acaba de dar un paso más al comenzar a operar también con un sistema de subastas al alza a través de internet, un sistema pionero que han implantado de la mano de la firma Pattinson, afincada en Newcastle, Inglaterra.
«Este modelo de venta de inmuebles por pujas al alza lleva solo unos meses funcionando en España. En Galicia y parte de Portugal tenemos la exclusiva en este formato de venta tras conectar con Pattison en Manchester y firmar el acuerdo en Marbella», describe Rosy Costoya, presidenta de la empresa de Rábade.
Este modelo innovador de ventas responde a varios factores. Por un lado, explica Costoya, se han dado muchos casos en los que una propiedad con precio de venta cerrada tenía lista de compradores potenciales y tocaba elegir, con la dificultad que esto entraña. «Por otro lado, nos encontramos que en casos donde distintos herederos tienen conceptos muy distintos de los precios de salida, suelen ponerse más de acuerdo en este formato de venta. Además, con este formato podemos movernos en ámbitos más exclusivos y restringidos hasta el momento, en donde Galicia no aparecía como uno de los lugares referenciados. Ahora sí lo hará».
Pero, ¿cómo funciona este nuevo sistema? En el enlace web https://.galicianrustic.pattinson.es/ se pueden ver las propiedades en subasta y pujar por ellas previa visita, si interesa. Para pujar, es necesario que el cliente se dé de alta introduciendo un correo electrónico en el que recibirá los términos y condiciones. Un acuerdo que deberá firmar y que incluirá, además de pruebas de identidad y residencia, una declaración sobre blanqueo de capitales, además de condiciones económicas. No es necesario saber todo acerca del cliente, pero sí algunos datos. Galician Country Homes no pide ningún aval ni depósito previo, si bien, la puja ganadora, deberá abonar en el plazo de dos horas el 7 % más el IVA de la propiedad que acaba de adquirir.
Una vez cursada la documentación y habilitado para pujar, el cliente podrá ir viendo en directo a través de internet cómo avanza esa subasta e incrementando su oferta si lo considera. «Se trata de un formato absolutamente transparente, directo, serio y abierto en el que nadie viene a especular o jugar. El vendedor se compromete a vender, siempre que se llegue o supere el menor precio que acepta, y el comprador se compromete a comprar si su puja es la aceptada», describe Rosy. De hecho, un cliente puede retirar su oferta si el martillo todavía no ha caído, de ahí que el vendedor tenga la potestad de finalizar la subasta en cualquier momento si la propuesta le interesa.
Para certificar la seriedad del formato, si un vendedor, cuando ya han aceptado su oferta, desiste, deberá abonar los honorarios y pagar dos veces las arras, si se hubiesen firmado. Y por parte del comprador, si en las dos horas siguientes al cierre de la subasta falla, Pattinson Auction se reserva el derecho de emprender acciones legales, y se revisaría la siguiente puja. En todo caso, explica Rosy, con este sistema el porcentaje de abandonos es menor al 2 %.
En cuanto al tiempo que está abierta cada subasta, depende, pero la duración estándar es de mínimo tres ciclos de 28 días, aunque ahora que llega la época fuerte de las ventas la compañía recomienda un mínimo de seis meses. En cuanto al precio de salida, se establece en función de cuál es la cantidad mínima que el vendedor está dispuesto a aceptar. Este nuevo formato, indican, es muy apreciado por inversores tanto nacionales como extranjeros, y en él encaja cualquier tipo de propiedad: las muy demandadas, las que apenas tienen salida, como pazos o viñedos, y los negocios. Además de vender sus inmuebles, la empresa también ofrecerá esa opción a otras inmobiliarias, manteniendo estas el control sobre las propiedades.