¿Cuál es el destino de la ropa usada?

MERCADOS

JOSE PARDO

Seis ciudades de España, entre las que se encuentran Pontevedra y Ourense, no tienen contenedores para recoger prendas de segunda mano. En España, solo se salva el 12 % de las vestimentas utilizadas

16 abr 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Más de 100.000 millones de prendas se confeccionan cada año en todo el mundo, según el informe Pulse of the Fashion Industry creado por Global Fashion Agenda. Un volumen ingente de ropa que, en el mejor de los casos, acaba vistiendo durante un largo período de tiempo los armarios de los ciudadanos. Pero de todas estas camisetas, pantalones y demás artículos, 92 millones de toneladas acaban siendo pasto de vertederos repartidos por todo el globo. El sonrojo que provoca el problema es tal, que en estos cementerios textiles se pueden encontrar cientos de miles de indumentarias que incluso portan la etiqueta, seña de identidad que las clasifica como artículos que acabaron su vida útil antes incluso de empezarla.

Y no parece que el problema pueda lograr fácil solución. Ni el reciclaje, el aumento de la concienciación o el auge que ha experimentado la segunda mano estos últimos años son suficientes para mitigar un mal que ya es endémico. Los cálculos que manejan los expertos apuntan a que solo un 13?% de la ropa acaba consiguiendo ser reciclada.

Pero todavía queda esperanza. Porque la ropa usada puede tener una segunda vida si se recicla adecuadamente. Empresas como Inditex ya trabajan a destajo para desarrollar en la industria nuevos procesos que permitan reutilizar las fibras textiles y alargar la vida útil de todas las prendas que salen de sus fábricas.

Mientras todo esta industria se desarrolla, los consumidores cuentan con algunas herramientas de su mano para aportar su granito de arena. Algunas, como los típicos contenedores que gestionan administraciones públicas y oenegés, siguen ganando adeptos a pesar del paso de los años y del surgimiento de nuevas opciones.

Pero, la pregunta que muchos se hacen ante estos depósitos textiles es: ¿A dónde se dirige mi ropa una vez que es desechada a estos cajones?

El mismo interrogante se planteó la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). Y las respuestas llaman la atención. «Cualquier residuo del contenedor de textiles debería tener como objetivo prioritario la reutilización. Según la Agencia Europea de Medioambiente, en Europa se recoge de manera separada un 28?% de la ropa usada, de la cual solo el 20?% de más calidad se reutiliza aquí mismo a través de tiendas de segunda mano», explican desde la OCU. La realidad es que la gran mayoría, tal y como desvelan, se exporta a África, donde hay demanda de ropa barata para uso local, y a Asia, donde acaban convirtiéndose en meros trapos industriales: «El problema es que muchas de estas exportaciones, hasta un 40?% en el caso de África, termina en vertederos.

Aseguran desde la organización que en España la tasa de recolección de ropa usada es aún menor que la media europea: «Casi todo termina en el vertedero», resumen. De hecho, según los datos que manejan en Cáritas, solo se salva un 12 %.

Las vestimentas de los españoles tienen múltiples destinos. Un pequeño porcentaje son donadas directamente a personas vulnerables a través de roperos de la iglesia o convenios con los servicios sociales de los ayuntamientos. En otros casos se vende de segunda mano en tiendas como las de Moda Re de Cáritas o las de Humana.

Una tercera vía, y bastante importante, es la de la exportación a distintos países en vías de desarrollo: «El problema es que estas exportaciones no siempre son útiles ni bien recibidas en las regiones receptoras», aseguran.

Y una de las asignaturas pendientes es el reciclaje, que sigue siendo minoritario: «Aunque España es puntera en este tema, la ropa reciclada procede casi en su totalidad de residuos y retales sobrantes de fábrica, no de los contenedores de ropa usada», explican los expertos de la OCU.

Y queda un último destino. Aquellos residuos que no pueden ser reutilizados ni reciclados por su baja calidad, acaban siendo pasto de las llamas. De manera literal. Porque estos trapos son incinerados para su valorización energética como combustible, con el agravante de que esta vía no es la más efectiva, ya que estos materiales cuentan con poca capacidad calorífica.

Llegados a este punto, la OCU recomienda aplicar las siete R: «Reflexionar sobre la ropa que se va a comprar, reducir y comprar solo lo necesario, rediseñar y elegir prendas pensadas para durar, reutilizar, reparar, recuperar prendas viejas y por último reciclar».

Urbes sin contenedores

El estudio de la OCU también hace un repaso por el mapa del reciclaje textil en las principales ciudades españolas. Y muestra que, en Galicia, quedan deberes por hacer.

«Lo más eficiente y habitual es el contenedor en la vía pública, pero no en todas las ciudades está disponible», recalcan desde la organización, que recuerda que la nueva Ley de Residuos obligará a los municipios a la recogida separada de textiles a partir del 2025: «Si no ponen contenedores, tendrán que facilitar otros métodos como el puerta a puerta, puntos limpios, islas móviles o recogida a demanda».

Tras contactar con 50 capitales de provincia, hay seis urbes que no cuentan con ningún contenedor en la calle ni en dependencias municipales. Y dos de ellas son gallegas. Pontevedra y Ourense figuran en esta lista en la que también se cuelan Córdoba, Las Palmas de Gran Canaria, Santander y Valladolid.